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O sea que donde dije digo, digo Diego. Y es que los gabinetes de comunicación siempre nos presentan todo como maravilloso y luego una va investigando por ahí y se entera de cosas que no coinciden. ¡Ay, eso que se llama confrontar la información!

No, si a mí me parece bien que no haya crueldad animal en la experimentación de laboratorio, pero hacerlo con personas humanas que quieren adelgazar y acaben suicidándose, pues me parece que no es de recibo.

La historia viene a ser la siguiente:

Acomplia es un medicamento que se comercializa para prevenir el riesgo cardiovascular en personas con obesidad abdominal y un riesgo asociado como diabetes o colesterol alto. Así es como lo están aprobando en países como Francia, Suecia, Dinamarca, Alemania, Suiza, Reino Unido, Andorra, Argentina, Méjico y próximamente también en España. Necesita receta y seguimiento médico.

Precio:  120 €. Su precio de momento será el mismo que en el resto de los países. Pero de momento, yo no lo tomaría ni por recomendación del médico.

Las acciones de los laboratorios franceses que comercializan el medicamento han dado al traste con todas sus previsiones de negocio en EEUU. El jueves pasado, la farmacéutica francesa Sanofi-Aventis abrió con una caída del 6,3% después de que un panel de la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) , rechazara la aprobación del medicamento para la obesidad Acomplia, al considerar que aumenta el riesgo de suicido, incluso en pacientes sin depresión en su historial clínico. ¿Adelgazar o morir? podría ser su slogan…

Después de esto, lo más seguro es que la FDA no apruebe este nuevo fármaco en Estados Unidos porque al parecer puede acelerar a los diabéticos tanto como a los que tienen el colesterol por las nubes y llevarles a colgarse del cuello o tirarse por un puente en caída libre.

Otra cosa es un complemento alimenticio tipo nutricosmético a la venta sin receta y qu eno puede tener efectos adversos.

Paula, farmacéutica argentina nos da su testimonio:
“La droga Rimonabant comercializada bajo el nombre Acomplia, es de reciente autorización (mediados del 2006), tiene efectos adversos para quienes no tienen el hígado en óptimas condiciones, se excreta a través de la leche materna, lo que puede ocasionar que los bebés tengan algún problema con el reflejo de succión, y en 1 de cada 10 casos se presentan alteraciones del sueño, trastornos de conducta, irritabilidad, depresión… Y ojo!, dos cosas: 1) 1 de cada 10 casos no es poca cosa, y 2) esto no lo invento yo, sale publicado en el boletín de farmacovigilancia que distribuye el Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Córdoba en Argentina”.

“Nota aparte me merecen antecedentes de drogas nuevas que son distribuidas primero en Latinoamérica o países de África, y después de algunos años de testeo, si no murió mucha gente, se lanzan en los países del primer mundo”.

“Por favor, yo tengo una farmacia, pero sabiendo las contraindicaciones que tienen las drogas, incluso los excipientes (el relleno, digamos) tienen que ser controlados por sus posibles daños colaterales al organismo, sé que hay que tener en claro que nigún medicamento tiene que ser tomado por que sí. Tiene que haber una patología muy bien diagnosticada para justificar su uso”.