Tras tres años de anuncios gratuitos de las casas de alta costura  a través de bolsos carísimos, parece que ahora prefieren mostrar un detalle mínimo de marca a suntuosos logos de firma. La mayoría de las mujeres ya han adquirido su bolso real o imitación con la simbología de Yves Saint Laurent, Carolina Herrera, Chanel o Dior en la propia tienda o en el circuito top manta, Chinatown, Turquía, China o el mercadillo de su pueblo. ¿De verdad hay tanta diferencia entre la copia y el original?

Las imitaciones han llegado ha perfeccionarse tanto que seguro que ni los propios diseñadores las diferencian ya. Pero la logomanía no ha desaparecido de momento. Ahora, los sellos de alta costura dejan de ser un complemento de distinción en los bolsos para aparecer en las paletas de los maquilladores.

La tendencia cambia para los complementos. Sin término medio maxi bolsos para el día y mini bags para la noche en tonos metalizados como el bronce o el plateado pero sin marcas distintivas. Toques de luz que dan aspecto refinado a la mujer bronceada mediante un pincel que deja la huella de la firma. Porque al fin y al cabo, la moda y el maquillaje no van desencaminados ni separados. Se unen creando una tendencia para crear un icono corporativo.

Givenchy pone en escena su mítico logo en tres dimensiones en su colección de verano 2007. El color de las vacaciones se obtiene mediante destellos rosas y tonos albaricoques en la tez morena a través de sus polvos con las cuatro G. Logo Sunkissed Powder (45 euros) parece un cuadro comparable a las lentejuelas de belleza de Chanel, que por cierto, aunque no nos lo digan de forma explícita no son más que pequeños distintivos de la firma para un maquillaje bajo el sobrenombre de LUMIÉRE DÁRTIFIES (49,00 euros).  Ambos son una edición limitada, ¿por qué será? a lo mejor no quieren hacer el mismo papel que con los bolsos en las páginas de Internet llenas de imitaciones. Aunque a veces es inevitable, o sino mira lo que pasa con los perfumes. Menos mal, que de momento no conozco copias baratas de maquillajes. ¿Existen? ¿los habéis probado?

Que apasionante resulta ver las diferentes lecturas de un peinado. Por favor, desde aquí pido un poco de reflexión a los estilistas y a cada cual por la parte que le toca. Por favor, reflexionad un poco antes de entrar en la peluquería. Algunas modas resultan desastrosas.

Cómo me he divertido mirando el contenido del libro Bad Hair que una amiga encontró por casualidad en Colette y no resistió la tentación enseñármelo. Y desde luego acertó de lleno. La historia de los peores peinados se refleja muy bien en este gracioso libro.

Una cosa es levantarse un día con los pelos de punta y otra muy distinta que tu peluquero tenga lo que se llaman un Bad Hair Day. O le de  por hacer un corte de investigación sobre nuestra propia cabeza.

Te lo advierto porque es importante, mira muy bien en manos de quién te pones. Yo hace años entré a una peluquería y me recibió una “moderna” con ganas de realizar toda su inspiración fashion sobre mi cabeza. Menos mal que la ví venir y cuando me dijo que me iba a dar unos rayitos en el flequillo salí corriendo de la peluquería, me quité la capa del tinte y cogí a mi niña de la mano para salir de allí cuanto antes. Me despedí diciendo adiós…

Esa vez pude echar marcha atrás, y consegui escapar, pero me temo que mi hija guarda en el subconsciente aquella hazaña como un trauma infantil, y por eso, le tiene un miedo terrible a los peluqueros y a las peluquerías. En otra ocasión lloró durante horas después de un corte de flequillo estilo papagayo. Siempre que hay tijera, coloración y rulos o planchas de por medio hay peligro.

¿Has encontrado ya al peluquero de tu vida o sigues buscando? El que encuentra un buen peluquero no sabe lo que tiene.

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