Daria Werbowy, la reina de las pasarelas

Fecha de nacimiento: 19 Noviembre del 1982.

Filias – Me apasiona el deporte de la vela, el snowboard y por supuesto, cualquier tipo de arte.
Fobias – Tengo vértigo y miedo a las serpientes.
Hábitos – Morderme las uñas, pero sólo la cutícula. Soy muy supersticiosa.
Supersticiones – A los gatos negros. No me siento nunca en la esquina de una mesa porque si no nunca te casarás. No pasar por encima de una persona tumbada. Si el semáforo está en ámbar y va a pasar a rojo rasca el techo del coche.
¿Cree en la suerte o más en el trabajo? – Todavía lo estoy pensando. Creo que he sido muy afortunada, pero al mismo tiempo me doy cuenta que he trabajado duro por conseguirlo. La buena suerte existe.
Un truco de belleza – Mi abuela me enseñó un truco de belleza que consistía en lavarse la cara con un algodón remojado en zumo de limón. Después te aclaras con agua fría un par de veces. Lo hago una vez cada dos semanas, también se le puede poner azúcar al limón y masajear la cara para exfoliar la piel.

Un buen plan para una cita – Depende de la persona. Aunque lo ideal, sería sentarse con una persona y hablar con ella. No importa el lugar, pero tener la oportunidad simplemente de poder charlar con alguien.

Dicen de  ella que añade un estilo reinterpretativo a todo lo que hace. Lo más importante y lo más complicado para las modelos es fundirse en la imagen de cada campaña y salir a la pasarela, creyéndose hasta los huesos cada colección, y después venderla entre los asistentes. Claro está que primero hacen falta medidas, y Daria Werbowy, también las tiene: 86-61-86, y muy bien distribuidas a lo largo de sus 181 centímetros de altura. Hay que tener un buen cuerpo, una buena cara, mejor piel y una melena estupenda.

Sin olvidar,  una cabeza en su sitio y bien despejada, para soportar el agitado ritmo de vida que se le impone a cada nueva top del momento: viajes, fiestas, cenas y un largo y a veces, complicado etcétera.

Ojos transparentes, piernas interminables, poca cadera y una elegancia felina que cautiva en las más cotizadas sesiones de estudio tanto como en el feroz directo de la pasarela.

La chica es guapa y tiene cuerpazo, o mejor dicho, cuerpecito grácil y larguirucho. Es casi etérea. Lo más grande son sus ojos, enmarcados por una cara triangular de dulce minino o pantera peligrosa, según exijan las colecciones de temporada o la campaña de bolsos, relojes, coches o cosméticos que solicite su imagen.

Ella se transforma cual camaleón, y le encanta jugar a la transformación, y a interpretar. “Me encantaría dedicarme al cine, me apasiona el arte de interpretar”.

Una buena top model tiene que introducirse bien en el papel y Daria lo hace en cuerpo y alma, como las grandes actrices. Su físico responde a una belleza actual con un mestizaje muy especial, entre el Este y el Oeste, Ucrania y Canadá. Aún mantiene los pies en el suelo, la altura de los tacones todavía no se le ha subido a la cabeza. La Werbowy tiene una personalidad muy madura para su edad. Pero además, tiene ese plus que la convierte en algo más que una modelo. Esa chispa indefinible que distingue a la abeja reina de las del resto del hormiguero, que son abrumadora mayoría.

Daria Werbowy manda sobre la pasarela. Es ella quien cierra y abre los principales desfiles de las pasarelas de Milán, París y Nueva York.

Givenchy, Gaultier, Valentino, Lacroix y Dior, se pelean porque muestre sus colecciones. El astuto Karl Lagerfeld dijo que era “la chica del momento” y lo sigue siendo después de 5 años en la cresta de la ola. De lo que me he dado cuenta es de cómo me crece el pelo. En la foto con Daria en el 2005 y más abajo con Paloma Cuesta del equipo de redacción de www.bellezapura.com, el viernes 25 de enero 2008, en la presentación a la prensa de la nueva colección de maquillaje Brazilian de Lancôme. Daria ha pasado de morena a rubia, pero ha mantenido su melena practicamente igual, ahora se decanta por un volumen compacto y un tono más castaño. Ella también ha abandonado las mechas rubias.

Sus inicios con el Kaiser Lagerfeld, la sentenciaron para el éxito, el efervescente Tom Ford la catapultó a lo más alto en su histórica despedida de Gucci. Sus inicios estuvieron pupilados por los ojos más fashion del panorama internacional.

Pero Daria ha aprendido a volar y ha pasado de tener un prometedor futuro a conseguir una fulgurante trayectoria, que ya está sellada con el marchamo de contundentes campañas, como la del perfume de Prada, el de Hypnôse para Lancôme en el 2005, que ahora confirma su contrato no sólo como protagonista de campaña de perfumes sino como portavoz de la marca y posible sucesora de Inés Sastre que todavía se mantiene en la firma de la rosa.

Daria es la primera modelo de la firma que ha participado activamente en la creación de una línea de maquillaje que lleva sus iniciales selladas sobre un proyecto que apuesta por la solidaridad con la asociación brasileña Centro Espacial Vik Muniz, que ayuda a jovenes desfavorecidos. Si compras uno de estos tres productos de maquillaje estarás colaborando por una buena causa. La colección de maquillajes Barzilian se compone de Carnet de Voyage, 54 euros. Color Fever Gloss 217, 23,40 euros y Color Fever 247, 24, 30 euros. Y estará disponible en las perfumerías a partir de Abril 2008.

En poco tiempo ha demostrado que además de un cuerpo con unas piernas de vértigo y una mirada gris hielo que derrite los focos, tiene personalidad y la suficiente inteligencia como para saber dirigir con paso firme su carrera hacia el éxito. Parcela que tiene solucionada gracias a una excelente manager que conoce bien el negocio.

Tiene el don del camaleón. Hasta con una túnica griega, Daria tiene el poder de representar los cánones de la belleza actual. Sin duda es algo más que una imagen de infarto. Su mirada de ninfa prodigiosa, su nariz apuntando tan alto como las grandes top models que en el mundo han sido, Claudia Schiffer, Cindy Crawford o Linda Evangelista. La Werbowy, conocida ya como La Divina, tiene el halo de intemporalidad de Christy Turlington y un óvalo tan perfecto como ella, que permite que la fotografíen desde cualquier ángulo.

Entre sus últimas campañas famosas destacan las firmas Zara, Gucci, Prada y Chanel. Y por supuesto, con Lancôme, que inicia un acuerdo importante con la todopoderosa firma de cosmética y perfumería, que, al parecer, la irá incorporando a distintos productos como una gran embajadora de la marca.
¿Cómo empezó en esto de ser modelo?
“Entré en contacto con el mundo de la moda de manos del mejor amigo de mi madre, cuando vivía en Canadá. Sólo tenía 14 años y todavía estaba en el instituto. En aquella época, fue cuando sucedió lo del 11 de septiembre, y no eran muy buenos momentos. Lo dejé durante un año y luego volví.”
¿Creo que acabó el instituto y después cursó estudios de Arte?
“Sí, cuando acabé el instituto, fui a una Escuela de Arte, que es como una mezcla de diferentes materias: audiovisual, baile, pintura, música, etc. Al final, te especializas en algo. Me gradué a los 17 años, tras 4 años de estudios. Ahora, como vivo en Nueva York, lo he vuelto a retomar”.
¿De todas las disciplinas, cual prefiere?
“Actualmente me dedico a la pintura realista, copiando del natural”.
Y precisamente por eso, por su afición a las bellas artes ha lanzado una colección de maquillaje en la que ha participado muy activamente.

¿Qué es para usted la belleza?
“Una persona bella es aquella que tiene una personalidad fuerte, puede tener un físico bonito, pero sobretodo es alguien que irradia confianza, simpatía y mucha seguridad. Una persona única”.
¿De donde se siente?
“Me siento apátrida (risas). En serio, valoro mucho la mezcla genética que tengo porque me da un carácter entre Europa Oriental y el mundo occidental. Mis abuelos son de Ucrania. Yo creo que el trasfondo ucraniano de mis abuelos me aporta un matiz muy especial”.
¿Qué significa ser la nueva top?
“Para mi es un honor que alguien diga esto, todavía no me acabo de acostumbrar a ello. Creo que es una combinación de diferentes aspectos dar una buena imagen y tener la oportunidad de dar mis opiniones y mis puntos de vista como modelo. Estoy disfrutando mucho de este momento, y es muy importante poder disfrutar del trabajo. Hay muchas cosas positivas como los viajes, conocer otras culturas, otras personas… En estos últimos 3 años he aprendido muchas más cosas que las que pueda haber aprendido en la Universidad”.
De todos los halagos y las críticas que ha recibido ¿con cual se queda?
“Es curioso el hecho de que alguien pueda escribir sobre mi por una foto sin conocerme. El mundo de la moda hace que exista esa zona gris, una cosa es que conozcan tu imagen y se hagan una idea, pero después cuando te conocen realmente es diferente. Lo más bonito que me han dicho es que soy una persona que tengo los pies en la tierra. Las cosas negativas procuro no tomarlas como algo personal, las respeto y punto”.
¿Ha seguido la carrera de otras modelos antecesoras suyas? ¿Admira a alguna en particular?
“Las admiro a todas ellas como modelos porque es una profesión muy dura. Es increíble lo que han conseguido. Admiro el esfuerzo que hay que hacer hasta llegar a tener ese nivel de trabajo. Me gustan todas: Turlington, Evangelista…Todas las grandes”.
¿Dónde radica el éxito de una modelo?
“Es una combinación de varios elementos, la belleza es un arte. Por tanto, es subjetivo. Cada cual tiene su opinión, hay gente a la que algo le puede parecer  bonito y a otros, no. Hay millones de mujeres guapas, para mí todas las mujeres son guapas. ¿El secreto? Tener confianza en una misma, aunque no una excesiva confianza. Tratar a los demás como te gustaría que te trataran a ti. Respetarte a ti misma y que los demás se den cuenta. Luego también hay que saber que esto es un trabajo y que tiene una componente de negocio. Lo mismo que en cualquier otra profesión, un abogado ante un caso. Pero lo más importante de todo para triunfar es confiar en una misma”.
¿Cuales son sus trabajos más importantes?
“Todos los trabajos son importantes. Trabajar con Steven Meisel en una campaña de producto me ayudó mucho. Y por supuesto, conseguir el contrato con Lancôme que es como el Santo Grial para una modelo. Me siento muy afortunada de cómo ha ido todo en mi carrera”.

Proyectos de futuro.

Sus proyectos de futuro son tantos que tiene la agenda completa por varios años dando la vuelta al mundo y no sabe por cual empezar. Al margen del trabajo dice, “me gustaría hacer muchas cosas, una asociación de ayuda a niños. Navegar, dar la vuelta al mundo, tocar algún instrumento, actuar, ir y venir a la Luna… En fin, lo bueno es la cantidad de puertas que te abre el mundo de la moda. Con Lancôme, también espero conocer un poco más a fondo el de la cosmética.”

¿Desfilar o posar frente a la cámara?
“Las dos cosas me gustan. La fotografía es muy interesante, mover tu cara, saber expresar tus sentimientos, después las imágenes pueden ser muy poderosas. En pasarela, también me gusta mucho trabajar. Levantarme temprano, tomar una copa de “champagne”, estar preparada para el siguiente desfile”.
¿Una modelo tiene que ser como un camaleón?
“Yo creo que es muy importante saber transformarse. El ser modelo es actuar, te ponen una ropa determinada, un peinado, un maquillaje y en ese momento, te conviertes en la visión del fotógrafo. La verdad es que me encantaría poder actuar. Si lo hago bien o lo hago mal, ya se verá. Pero me apasiona la idea de conocer el verdadero arte de la interpretación, a través de una buena formación”.

Por cierto, odio hacerme fotos con modelazos por motivos que saltan a la vista. menos mal que yo creo en la belleza interior y en la belleza real.