La semana pasada recibí una excitante y agradable invitación. Probar las instalaciones de un gimnasio de lujo, exclusivo para mujeres, acompañada de otras compañeras de profesión y afición. Un grupo de ‘locas’ blogueras aficionadas a las redes sociales como twitter, a la que me vi irremediablemente obligada a unirme, si quería formar parte del grupo. Tras las presentaciones y el desayuno comenzamos una intensa sesión de relax y placer.
Primero una clase de Pilates para fortalecer y estirar todos nuestros músculos. Con una asombrosa coordinación conseguí terminar la clase, entera. Fer, la directora deportiva, se quedo maravillada de lo aplicadas y buenas que habíamos sido como alumnas. Porque aparte de excelentes escritoras (la modestia se perdió durante el parto) también somos unas grandes deportistas.