tao

Esta semana nos vamos a Oriente para realizar un viaje hacia el misticismo del placer. Algo así como hacer el amor para alcanzar la gloria bendita que nos descubren algunas de las filosofías que allí se practican. Necesitamos estimular nuestras endorfinas y encontrarnos a nosotros mismos, pero todo ello con una mezcla de calma, masajes, autocontrol y mucha paz interior. Las aceleraciones las dejamos para Alonso en la pista de Fórmula 1.

Vivimos en un mundo guiado por el estrés, siempre corriendo de aquí para allá, sin tener un sólo momento para dedicarnos a nosotros mismos y mucho menos a los demás.

Y en el sexo pasa lo mismo, todo tiene que ser rápido, no hay tiempo, “aquí te pillo y aquí te mato”. Nos entra el cosquilleo y necesitamos aliviarlo con rapidez. Llegamos a la cima y se acabó el encuentro.

Y es que en Occidente no sabemos tomarnos las cosas con calma, ni disfrutarlas lentamente, sin embargo los orientales sí saben de preámbulos y rituales.

Prisas

El sexo tántrico es una recarga de energía a través del juego de fuerzas masculinas y femeninas que se unen formando una unidad. Se concibe como una forma de conocimiento de uno mismo y del compañero. Los occidentales, sin embargo, lo vivimos como una descarga, una explosión, un alivio individualizado que excluye el placer de nuestra pareja.

Dominar esta práctica puede llevar de meses a años, aunque los que ya practican alguna técnica de relajación como el yoga o el taichi tienen medio camino andado. Es algo que merece la pena intentar, y sino que se lo digan a Sting, quien hace unos años aseguró a la prensa que gracias al yoga hacía el amor todos los días durante ocho horas.

tantra

Lo básico es aprender a respirar y controlar nuestra zona muscular genital, para de este modo prolongar el placer del orgasmo durante más tiempo.

Las claves del sexo tántrico

Cuanto menos sexo mejor. Una vez al mes dicen que es suficiente. Eyacular es una pérdida de energía innecesaria que ha guardarse para así poder emplearla de forma creativa en otras facetas de la vida.
• Para realizar este ritual no vale cualquier sitio. Hay que crear un ambiente propicio que disponga de todo lo necesario para este encuentro místico. Velas, incienso, flores, música suave que favorezca la relajación, aceites, frutas…
• Las caricias, los masajes han de ser muy lentos y suaves. Los pechos y los genitales serán los últimos en ser acariciados.
Penetración tántrica. Los occidentales contemplamos la penetración como el objetivo, final, la meta. En este ritual es un paso más en el acercamiento de los cuerpos, en el conocimiento de uno mismo y de la pareja. Aquí el pene queda inmóvil dentro de la vagina mientras las caricias continúan hasta que ambos sexos se relajan y empiezan a moverse por sí mismos.

Imágenes: xavisasphotobook, yoque