"A young man in curlers at home", de Diane Arbus
El pelo es, junto a la grasa abdominal, uno de los grandes caballos de batalla masculinos.
La alopecia “androgénica” no se llama así porque no se les ocurriera nada menos esdrújulo. A partir de cierta edad –en muchos casos, bastante temprana-, raro es el hombre que no se queja de entradas más profundas que el Cañón del Colorado, cuando no es ya una calvicie incipiente o cruelmente declarada.
Y si no es la caída, es el exceso de grasa o son las canas.
Hoy día contamos con cosmética para tratar casi todo tipo de males. Alguna funciona, otra no tanto, otra parchea el asunto hasta que se manifiesta –o se acepta con resignación- en su totalidad…
Que no te cuenten cuentos, o por lo menos que si te los cuentan sean para hacerte soñar, no para crearte complejos sobre tu aspecto físico.
Desde hace unos años, existe una tendencia creciente por lo saludable y lo ecológico. Ya sabes que los beneficios de la naturaleza en la alimentación se consiguen a través de una dieta sana y equilibrada. No sé si te acuerdas de aquella campaña de publicidad que tuvo bastante éxito de 5 frutas y verduras al día. Pues esto es algo parecido, pero en el mundo de la estética en vez del de la salud. Por eso, muchas firmas de belleza reproducen esta dieta, a base de frutas, pero en vez de tomarlas internamente, a nivel de piel, y es lo que conocemos como Gastrocosmética o Nutricosmética.
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