Imagen de archivo

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Galliano o el renglón torcido de Dior…

Todas recordaréis el desagradable agravio verbal antisemita que el reputado diseñador John Galliano regaló a tres personas en febrero, en un local en el Marais, céntrico barrio de París, ciudad cosmopolita donde las haya en un mundo abierto como nunca.

https://www.youtube.com/watch?v=dW-s4QC-8C8&feature=fvst

Varias celebrities manifestaron su rechazo a esta actitud dejando de vestir sus diseños y finalmente la propia casa Dior le cesó de su cometido. Un buen varapalo.

Hoy se ha celebrado el juicio contra el modisto en el Tribunal Correccional de París. La espada de Damocles que pende sobre su cabeza no está demasiado afilada. Se piden seis meses de cárcel y una multa de 22.500 euros. Lo peor, desde luego, oprobio mediático incluido, ya ha pasado. Complicado –o quizá no-, que otra casa de moda acepte ponerle como estandarte de marca.

Pero lo llamativo del día de hoy han sido las palabras de su  abogado defensor, que ha  alegado como atenuante que el modisto “no era dueño de sus palabras debido a su triple dependencia del alcohol, los psicotrópicos y los somníferos”.

https://www.youtube.com/watch?v=GoN8opW_l04

Entendemos que esa dependencia no es de hace dos días sino que viene de lejos. Y si no es responsable de sus palabras, ¿sí de sus actos? ¿De su creatividad, desfiles e imagen de marca durante estos años al frente de Dior?

https://www.youtube.com/watch?v=kFRDyMb5YFk

No me gustan los linchamientos públicos ni quiero hacer leña del árbol caído. Pero, ¿a que da qué pensar este alegato?