Cuando los motores del avión empiezan a rugir puedes empezar a disfrutar del descanso a bordo, pero también puedes practicar actividades para ponerte en circulación: ejercicios en  el aire. Nada de acrobacias sin red, sólo un  poco de spa sin moverte del asiento y luego algo de movimiento; un paseo de punta a punta del avión es imprescindible para mover las piernas y ver el ambiente de la aeronave. Ultimamente suelen verse grupos de amigos algo perjudicados por el alcohol. Pero eso sí ni una voluta de humo de cigarrillo. El interior del avión se vuelve un interior sano y socialmente divertido que es la antesala de las vacaciones.

En mi último vuelo Ibiza- Madrid asistí a la euforia de una pareja que se habían conocido allí mismo en la clase bussines de Air Europa y antes de que el avión alzará el vuelo ya se habían intercambiado los teléfonos cuando llego el aterrizaje ya eran íntimos. Si un vuelo corto da para todo eso, en uno transatlántico puede pasar de todo. En los viajes largos que no te falte un buen libro de mano, además de los que aguardan en tu maleta para desintoxicar la mente y luego el cuerpo, o a la inversa que viene a ser lo mismo pero no es igual.

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¿Preparados para alzar el vuelo?

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