‘La vida’, Pablo R. Picasso

No sé si alguna vez he tenido la oportunidad de compartirlo con vosotr@s, pero si hay una profesión que admiro es la de médico y por extensión también la de enfermer@s, celadores… Trabajan bajo mucha presión, la vida de muchas personas pasa por sus manos, tienen que vivir con la carga que supone no haber podido salvar la vida de otros muchos. Guardias de 24 horas, medios cada vez más mínimos, muchas historias personales detrás…, y en la mayoría de los casos siempre acompañado de una sonrisa o una mirada de ánimo y comprensión.

Por eso, me ha parecido especialmente interesante una nota de prensa que me ha llegado. Hace unos días se celebró en A Coruña el XII Ateneo de Bioética organizado por la Fundación Ciencias de la Salud. La bioética estudia la corrección e incorrección de las acciones que se llevan a cabo en el campo de la biomedicina, es, para ser más claros y en términos generales, la ética médica. Si en todas las profesiones debe existir una ética -en la mía, por ejemplo, la periodística, es una asignatura importante dentro de la carrera, aunque muchos no parezcan saberlo-, en la medicina, esta ética adquiere una dimensión extraordinaria porque la medicina implica la intervención en el cuerpo humano. Es lo que puede y no puede hacerse en la atención médica, es la rama moral de la medicina.

La finalidad de la medicina es la salud del paciente. La Bioética es la defensora del factor humano en un momento en el que la tecnología biomédica avanza a pasos agigantados.  Los avances en medicina se aceleran, pero al mismo tiempo que la medicina avanza, la ética debe ‘supervisar’ que esta evolución no va en contra de la dignidad humana. La ciencia siempre debe estar al servicio del hombre y nunca al contrario.

Nuestro país ha desarrollado un pensamiento propio en Bioética que está teniendo cierta repercusión en Europa y América. Porque aunque la crisis nos tenga acomplejados, aunque estemos a la cabeza de los países europeos con más número de parados, hay cosas en las que somos referentes y algunas de ellas están relacionadas con la medicina. Los trasplantes son un ejemplo de ello y parece que la Bioética es otro.

La ética en medicina se ocupa de cuestiones tan controvertidas como la eutanasia, el aborto, los trasplantes de órganos o la reproducción asistida. Pero también cuestiones más ‘de andar por casa’ y no por ello menos importantes como cuánta sangre debe sacarse a un adulto o a un niño en una investigación, cosas como si se debe pagar a las personas que participan en un ensayo clínico si ya se benefician del tratamiento en sí. En definitiva, qué métodos utilizar para investigar y resolver problemas médicos que sean éticos, que no vayan en contra de la dignidad de las personas, del ser humano. La Bioética aborda también la difícil tarea que tienen los médicos cuando tienen que comunicar malas noticias a pacientes y familiares.

Por eso, son necesarios estos foros como el XII Ateneo de Bioética, donde profesionales muy cualificados discuten, debaten e intercambian ideas. Donde sientan las bases de los conocimientos en Bioética que deben enseñarse en las escuelas médicas, para dar una formación ética y humana a los futuros médicos.