La obesidad es una de las pandemias de la población –de la que tiene mantequilla en la tostada, se entiende, y no pan seco y chamuscado-.
El paliativo pasa por el que conocemos todos cuando queremos adelgazar: comer saludablemente e ingerir menos calorías de las que se gastan –se recomienda crear un déficit de unas 500 kcal a la semana- y hacer ejercicio. Si esto no funciona, tenemos un problema y podemos recurrir a la medicina.
La cirugía pone a nuestra disposición una técnica bastante drástica: el by-pass gástrico (que rima y todo)
Esto consiste muy básicamente en “grapar” el estómago, de nuevo tamaño artificialmente reducido y por tanto incapaz de contener demasiados alimentos. Tan incapaz y pequeño que, de hecho, si te pasas lo normal es que te descubras vomitando –esto lo he visto un montón de veces junto a un amigo que llevaba balón gástrico–
Recientemente ha llegado una técnica que consigue lo mismo eliminando los peores inconvenientes del balón gástrico: la malla lingual.