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El 23 de enero 1500 millones de chinos dabam la bienvenida al Año Nuevo, según su calendario lunar, a las 5 de la tarde comenzaba el año 4710, año del Dragón.

Según la mitología china, el dragón se asocia con la fuerza y la salud y es un signo de buena suerte. Para los nacidos bajo este signo, el año nuevo chino viene lleno de oportunidades. Tendrán que trabajar más pero lograrán sus objetivos, es un buen año para conseguir empleo o ascender. También deben pensar en el futuro y ahorrar para tiempos peores. Pertenecen a este signo los nacidos en 2012, 2000, 1988, 1976, 1964…y podemos seguir restando de 12 en 12 años.


El Dragón es la criatura mágica por excelencia, un mito. Es un símbolo de buena fortuna y poseedor de un gran poder. En Oriente el Dragón es visto como un animal divino, al contrario que en Occidente donde es una bestia cargada de mala fama y que ha sido perseguido y aniquilado en libros y leyendas.
Para los chinos ésta es la Fiesta de la primavera, celebran que se acaba el invierno y llega la prosperidad. Organizan una cena similar a las que nosotros hacemos por Navidad. Ellos consideran el acto de compartir los alimentos, junto con la risa, la alegría y la camaradería como una gesto muy favorable. Por eso en estos días está prohibido el malhumor y es de muy mala suerte enfadarse con un familiar, al contrario que en España donde en las cenas de nochebuena parece el deporte nacional.

 

 

Al igual que nosotros tenemos a los Reyes Magos o Papá Noel y el turrón, al Año Nuevo chino se le relaciona con las naranjas y los sobres de color rojo. Son dos de sus puntos importantes en esta celebración. Tener un enorme recipiente con naranjas a mano para ofrecerles a todos es muy simbólico pués consideran a las naranjas como bocados de prosperidad, de longevidad y de buena fortuna. Y los sobres de color rojo, están por lo general llenos de monedas que dan a los niños cada año hasta que se casan. Pueden darles monedas reales, de las que tienen valor o monedas chinas atadas con hilo rojo que se cree atraen la fortuna para todo el año nuevo que entra.

 

Hay una leyenda que explica el por qué de la masiva presencia del color rojo en estas celebraciones. Según cuentan una bestia extremadamente cruel y feroz, de nombre Nien, se acercaba a las aldeas la víspera de Año Nuevo y devoraba a sus habitantes sembrando el pánico. Lo único que conseguía aterrorizar a este ser monstruoso era el color rojo, la luz del fuego y los ruidos muy fuertes. Así que, para mantener a Nien alejado, los aldeanos colgaban de sus puertas tiras de papel rojo en las que escribían plegarias, encendían antorchas y hogueras, y lanzaban petardos durante toda la noche.
Manteniendo viva esta leyenda, se cuelgan tiras de papel rojo con palabras de buen augurio como “buena suerte”, “riqueza” o “longevidad”, además de encender farolillos de colores que alumbren y ahuyenten a la bestia y se celebran las danzas del dragón y del león.