La máscara de pestañas es un complemento indispensable en el neceser de muchas mujeres, pueden renunciar a la barra de labios, al colorete e incluso a la base de maquillaje, pero no pueden pasar sin ese gran amigo que alarga las pestañas y que hace más dramática cualquier escena de lloros con los churretones negros cayendo por las mejillas –impagable-.

La máscara de pestañas fue inventada por el empresario francés Eugène Rimmel en el siglo XIX. El rímel moderno fue creado en 1913 por el químico T. L. Williams con una mezcla de vaselina y polvo de carbón para que su hermana Mabel se cubriese las pestañas. A su hermana le encantó y comenzó a venderlo por correo, así nació Maybelline.

En 1914, Max Factor, un maquillador profesional que trabajaba para el cine, inventó un lápiz de cera para las pestañas que necesitaba ser calentado para, a continuación, deslizar unas gotas de cera derretida sobre las pestañas. En 1917 Maybelline mejoró la hasta entonces engorrosa aplicación creando una máscara compacta que se aplicaba con un cepillo húmedo. Pero fue Helena Rubinstein quien introdujo en 1957 la primera máscara de pestañas fluida en tubo y con un cepillo aplicador tal y como la conocemos hoy en día.

Hoy, la variedad en el mercado es casi infinita, puedes encontrar de todos los precios, colores, que prometen pestañas más largas, más gruesas, que también son de tratamiento… Eso sí, deberás tener muy en cuenta unas reglas de oro para que su resultado sea el mejor. Estos son los 10 mandamientos de la máscara de pestañas.

1. Elige la máscara de pestañas en función de lo que busques conseguir y de tu tipo de pestañas. Si las tienes cortas y finas o escasas, decídete por las que combinan base alargadora y color. Para las cortas y espesas opta por las máscaras alargadoras. Si son largas y finas las fórmulas volumizadoras te irán bien, aplica varias capas finas poco a poco, también se recomiendan las alargadoras. Cuando se trata de pestañas largas y espesas, no lo dudes, máscaras con cepillo en forma de peine para separarlas bien, también son interesantes las fórmulas rizadoras.

2. Las pestañas inferiores también existen, aunque sean más pequeñas, también tienen derecho. Si las tienes muy largas, maquilla sólo en la línea del ojo porque sino pueden dar aspecto de tristeza, especialmente si tienes ojeras.

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3. Hay vida más allá del negro. Es verdad que la función de la máscara de pestañas es mejorar la forma del ojo y definir la mirada, y debe ser visible para conseguir el efecto. Pero eso no significa que no se pueda experimentar con los colores. La máscara marrón, por ejemplo, suaviza los rasgos y los  maquilladores la recomiendan especialmente para las mujeres más maduras, y el rímel azul no es patrimonio de las rubias, hace que la mirada se agrande al resaltar el blanco de los ojos.

4. Dependiendo de cómo apliques el rímel conseguirás uno u otro efecto. Una de las maneras clásicas de aplicarla es en forma de zig-zag, coloca el cepillo en la raíz de la pestaña y realiza movimientos en zig-zag conforme vas subiendo, así conseguirás que queden separadas y no apelmazadas. Si quieres lograr volumen, coloca el cepillo en la base de las pestañas y asciende girando el aplicador.

5. No sin mi rizador, su ayuda es indispensable para conseguir un buen resultado y un mejor efecto final. Se debe utilizar siempre antes de la máscara, con las pestañas bien limpias. Abre el rizador con los ojos abiertos, coloca las pestañas superiores dentro, empezando por las pestañas interiores e intentando acercarlo lo máximo posible al párpado. Aprieta y aguanta 5 o 10 segundos, y repite si es necesario. Hazlo en todas las pestañas superiores.

 

6. Las máscaras de pestañas no duran eternamente, es más, no debes mantenerlas más de 3 o 4 meses, independientemente de que se hayan gastado o no. Los ojos son una zona muy sensible y a cuantas menos bacterias estés expuestos, mejor. Y por supuesto, nada de mezclarla con agua si está muy espesa, mejor compra otra máscara, porque lo único que conseguirás es contaminarla. Lo que sí debes hacer es limpiar el aplicador con frecuencia, de esta manera evitarás cargar demasiado las pestañas.

7.  Guarda el waterproof para cuando verdaderamente lo necesites, son fórmulas más difíciles de eliminar y las pestañas se resienten más. Resérvalo para el verano, o para una noche o día que se presentan largos.

8. Una vez las hayas maquillado utiliza un cepillito para peinarlas y separarlas con un cepillo en forma de espiral.

9. No te vuelvas loca metiendo y sacando el cepillo como si estuvieras tocando la zambomba, esto hará que entre demasiado aire y que se seque el cepillo.

10. No olvides nunca desmaquillarlas, tus ojos cambian completamente cuando llevas máscara de pestañas, no puedes vivir sin ella, pero deja a tus pestañas descansar y respirar. La función de las pestañas es proteger esos órganos tan sensibles que son los ojos, mantenerlos libres de contaminación, polvo, bacterias… Pero ellas, a su vez, también son enormemente delicadas, y si no hacemos un correcto desmaquillado, se debilitan y se caen, pierden cantidad y volumen. La forma correcta de desmaquillarlas es desde la raíz hacia afuera, suavemente, y con los ojos cerrados.