Benetton tiene casi medio siglo de vida, nació en 1965, aunque su historia se remonta a diez años antes, cuando el italiano Luciano Benetton, que trabajaba como vendedor en una tienda en Treviso –una ciudad situada en el Véneto-, se dio cuenta de que la gente necesitaba color en sus vidas, y concretamente en su ropa. Así que ni corto ni perezoso, vendió la bicicleta de su hermano pequeño para poder comprar una tejedora de segunda mano y comenzó a vender una pequeña colección de suéteres a las tiendas locales donde no faltaba el colorido. Después pidió a sus hermanos que se unieran al negocio y en 1966 los Benetton abrieron su primera tienda.

Si una de sus señas de identidad es el colorido, otra son sus campañas publicitarias. Sus anuncios, a veces ofensivos, otras de denuncia, pero siempre provocadores, nunca dejan a nadie indiferente. Han incluido, durante dos décadas, imágenes que aparentemente no tenían nada que ver con la ropa que vende la marca – escenas de gente muriendo de SIDA, multitudes en pánico saltando de un barco que se está hundiendo, un bebé recién nacido que no ha sido lavado, lleno de sangre, y un sentenciado a muerte, o modelos de todas las razas- pero que se han convertido en su seña de identidad y en verdaderas declaraciones de intenciones. La última de las polémicas llegó a finales de año con una nueva campaña dispuesta a despertar la polémica y en la que mostraban a los principales líderes mundiales besándose de manera apasionada, provocación sí, pero con un mensaje muy claro y que tampoco es nuevo: más amor y menos guerra –y mejor nos iría a todos-.

Ahora, la firma quiere que Benetton Icon Stores, la red de tiendas de tendencia United Colors of Benetton, se convierta en punto de encuentro de moda, cultura web, experimentación multimedia, estilo de vida, de reflexión…, y presenta una serie de eventos en las capitales europeas. (más…)

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