Este anuncio es de los años 70, en esa época nadie se echaba las manos a la cabeza al ver cómo un hombre pegaba a su mujer en la televisión. Era algo normal, en la televisión, y, tristemente, en muchas casas. La mujer tenía que esperar a su ‘maridito’ con la mejor de sus sonrisas, la cena preparada y aguantarrrr, si se ese día estaba de mal humor, que le pegase. Afortunadamente hemos avanzado y un anuncio así hoy sería inconcebible, que un hombre pegue o maltrate psicológicamente a una mujer, ya no es tolerable. Pero no pongamos el grito en el cielo, porque todavía hoy, organismos públicos como el Instituto de la Mujer, tienen que estar muy pendientes porque siguen haciéndose campañas publicitarias cargadas de machismo o que directamente incitan a la violencia de género. Sin ir más lejos recuerdo una de hace varios años, de Dolce & Gabbana, en la que una modelo tumbada posaba como si estuviera siendo forzada por un modelo masculino que la agarra de las muñecas, mientras otros cuatro modelos les miran.

La violencia de género tanto física como psicológica es todavía una lacra en nuestra sociedad. Mientras siga habiendo una sola mujer que la sufra, seguirá fallando algo. Y en verano, las instituciones dedicadas a luchar contra el maltrato alertan: el número de casos se incrementa en estas fechas.

Imagen campaña contra la violencia de género

Me ponen los pelos de punta muchas noticias, pero las de asesinatos por violencia de género, más si cabe, escuchar frases como  ‘nunca había denunciado’, ‘había retirado la denuncia’, me siguen asombrando. Y ya me rematan las preguntas a los vecinos y sus respuestas: ‘pues era un hombre normal’, ‘no, nunca vimos nada extraño’, ‘se veía una pareja muy bien avenida’. Por favor, permitidme que lo ponga en duda, es imposible que los vecinos no oigan o no se den cuenta de nada, un hombre capaz de matar a su mujer, no puede pasar desapercibido. Pero más importante aún es el entorno, los moratones son difíciles de ocultar y una mirada cargada de miedo, de pavor y la tristeza de una mujer maltratada –ya sea física o psicológicamente- no pueden pasar desapercibidos para los amigos y la familia que tan bien conocen a esa persona. Creo que nos hemos convertido en una sociedad demasiado individualista, nos cuesta mucho involucrarnos en los problemas de los demás y muy poco mirar para otro lado, no queremos complicarnos la vida. Hagamos examen de conciencia.

Viñeta de Forges contra la violencia de género

Forges, en esta viñeta, no lo puede decir más claro

La crisis está afectando a todo, y a la lucha contra la violencia de género también. Están disminuyendo las denuncias de malos tratos –de las 62 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas en 2011, sólo habían denunciado 16- porque han disminuido las campañas y porque el presupuesto para luchar contra el maltrato se ha reducido considerablemente, es fundamental que las ayudas económicas y la asistencia social no disminuyan. Sin ellas, es muy difícil que las mujeres salgan del círculo de violencia.

Pero la violencia de género no son sólo los golpes, igual de preocupante es la violencia psicológica, un verdadero machaque diario que acaba con la autoestima de muchas mujeres. Muchas veces la violencia de género comienza con lo que se conoce como ‘micromachismo’, comportamientos casi invisibles: hombres que hacen que sus mujeres se sientan culpables por no atenderles ‘como es debido’, que les impiden ver a sus familias o amigos, o que controlan sus horarios, teléfono móvil y correo electrónico. Nadie tiene derecho, por mucho que sea tu pareja, a decidir con quién sales a tomar un café o a cenar, o controlar tus mensajes personales. Cuidado con aceptar estos comportamientos.

Por eso el reto está en las nuevas generaciones, en educar a los jóvenes en el respeto absoluto por quienes tienen alrededor, nadie es más que nadie. Enseñarles que querer es respetar la libertad de los demás, y la libertad pasa por vestirse como se quiera, llevar el maquillaje que a una le guste o salir con amigos y amigas sola o acompañada cuando a una le venga en gana, ¿lo conseguiremos?

Silvia Abascal en una campaña contra la violencia de género

Explicar a las niñas desde pequeñas qué no es tolerable, enseñar a los pequeños que poner la mesa o hacer la comida es cosa de chicos y chicas. Porque en el trasfondo de todo se encuentran determinados roles y estereotipos asumidos con total naturalidad entre los más jóvenes especialmente en sus relaciones de pareja, según diversos estudios las jóvenes creen que en una relación de pareja la mujer debe complacer al novio, que ellos tienen la obligación de protegerlas o que los celos son normales.

Por mucho que hayamos avanzado siguen siendo muchos y muchas –que es lo más triste- los que piensan que las mujeres son las que deben ocuparse fundamentalmente del hogar y de sus hijos y que estamos más dotadas para determinadas profesiones. ¿Vivimos una falsa apariencia de igualdad?, ¿qué pensáis?, ¿dónde está el germen del maltrato?

TELÉFONO CONTRA EL MALTRATO: 016