portada disco happy birthday

“25 años es un cuarto de siglo. Eso le hace a una pensar…”, como decía Marilyn en “Con faldas y a lo loco” con ese deje suyo mezcla de frivolidad y candor.

25 años matizando, corrigiendo e iluminando los rostros de mujeres de todas las edades no son moco de pavo –y también requieren buena dosis de sanas frivolidad y candor-

Los  Météorites de Guerlain pueden enorgullecerse de ser uno de esos productos de maquillaje que nunca faltan en un neceser personal.

Bonitos, esféricos, brillantes y coloridos, estos meteoritos perfectamente encajados en los coquetos packaging de Guerlain vienen directos del espacio exterior a tu rostro, cada uno con con un color y una misión concreta.

¿Sabías que la palabra “cosmética” viene del griego “cosmos”, que significa universo pero también orden? Veamos qué es lo que hay dentro de estas bombas cósmicas y cómo reordenan nuestro colorido.

Precio: 42,30

 

La idea era sencilla: crear unos polvos faciales que no se volaran.

Conocedor de la tecnología de la luz que aprovechan los fotógrafos –el secreto de la fotogenia de muchas personas es, sencillamente, que su rostro absorbe bien la luz-, Guerlain tuvo en cuenta cómo se descompone la luz blanca al atravesar un prisma en una multitud de haces de colores. A la inversa, la suma de esos colores vuelve a recomponer esa luz ideal que elimina las imperfecciones y suaviza los rasgos.

Los colores complementarios se anulan entre sí, de manera que Guerlain empleó la teoría del color para dar con el secreto del cutis ideal:

Rosa para refrescarlo.

Verde para atenuar las rojeces.

-Blanco para aclararlo.

-Malva para captar la luz.

-Dorado y nacarado para iluminarlo y aportarle la dosis justa de resplandor.

Efecto mate, luminosidad y corrección a medida, unos polvos atrapados en esferas que, repartidos uniformemente con la ayuda de la brocha, reunifican los colores de nuestra piel para darle un favorecedor tono homogéneo. ¡Orden en el caos!

Imitados por grandes y pequeñas marcas, los Météorites supusieron una revolución en el terreno de los polvos faciales, y el llenado de las cajas se sigue realizando a mano, pesando las cantidades de cada color para que no haya excesos ni defectos.

Seguramente no nos hacen aparentar 25 a las que ya calzamos unos cuantos más, pero sí hacen lo suyo por la luminosidad de nuestra piel.

Venga esa tarta con 25 brillantes velitas y a soplar sin que se vuele un solo polvo.