Una gran competencia, envidias y excusas tras la retirada de los 11 productos Deliplus de Mercadona. “Sólo contienen glicerina, son una birria”, decían este verano mis amigas farmacéuticas en la playa de Sancti Petri. “No pasan ningún control de la Agencia Estatal del Medicamento”, añadían. Es evidente que el exitazo de la línea de productos cosméticos Deliplus de Mercadona ha esquilmado las ventas de otros similares en la farmacia pero de precio más elevado. También una prima hermana mía que tiene dos grandes tiendas franquiciadas de la marca francesa Yves Rocher en Madrid, cosmética de precio medio, se queja de la impactante bajada de su ventas desde que Deliplus, además de arrasar en el mercado, se ha convertido también en una marca que está de moda y es tendencia, incluso en sectores sociales que pueden permitirse adquirir otras mucho más caras o con más renombre.

Por ejemplo, las asíduas al gimnasio Reebok de la urbanización La Finca, en Pozuelo de Alarcón, Madrid, presumen de utilizar la crema nutritiva corporal Deliplus con aceite de oliva para pieles muy secas al módico precio de 1.80 euros, cuando en el conjunto de viviendas con más vigilancia y seguridad de España se codean con el futbolista Ronaldo, Iker Casillas, ilustres políticos y otros muchos multimillonarios. A principios de junio, la OCU contó en su web cómo circulaba el rumor de que esta crema “contenía más de 19 sustancias nocivas” y “a nadie se le ocurra poner algo así a un niño”. Aclaraba, tras analizar esta crema, que ‘no es peor que otras’.

Esta gran competencia ha suscitado muchas envidias y presiones que claramente influyeron en la retirada de 11 productos de esta marca a principios de agosto, tras anunciar la Agencia Española del Medicamento que la empresa RNA, fabricante de una porción de los cosméticos de la cadena Mercadona, tenía que reformular dichos productos.
El argumento fue que la mezcla de las sustancias trietanolamina y bronopol no puede darse en un producto cosmético porque puede producir nitrosamina, un compuesto químico habitual en nuestras vidas pero que puede resultar cancerígeno. Curiosamente, la nitrosamina está presente en el humo del tabaco y en multitud de pescados, cerveza, carnes y quesos que utilizan nitritos como conservantes. También en globos y condones emiten pequeñas cantidades de nitrosaminas. ¿Acaso se retiran del mercado?
Conclusión: el lado positivo de las crisis es que sirve para barrer también de la cosmética y belleza los productos que, caros o baratos , no ofrezcan una buena relación calidad-precio. Yo, desde luego, sigo usando diariamente mi crema Deliplus para pies con grietas, por 1.95 euros, y no he vuelto a tenerlos deshidratados ni llenos de pellejitos blancos.