Este verano me sorprendió leer en The Times of India, una noticia que me impactó y es que casi un 25% de las niñas abandonan el colegio al llegar a la pubertad. Al principio me dió mucha rabia, porque pensé que las obligaban sus padres o su familia por motivos religiosos. Pero, como casi todo, las cosas no son tan simples.

Según una encuesta realizada por AC Nielsen a principios de este año para el gobierno de la India, más del 23% de las estudiantes dejan el colegio al llegar a la pubertad. Pero, ¿por qué?  En primer lugar por  una cuestión puramente económica, es decir, la falta de productos sanitarios a precios asequibles limita la capacidad de movimiento de las estudiantes con  menos recursos. En segundo lugar, la falta de lavabos con agua corriente para cambiarse las toallitas higiénicas con comodidad o con privacidad. Y, en tercer lugar, los tabúes religiosos y sociales que hacen que las chicas no hablen abiertamente de la menstruación.

 

Pero la realidad del fondo de este problema es, como casi siempre, económico, muchas de estas niñas de ámbitos rurales no pueden pagar el precio de las compresas y la solución para muchas es dejar el colegio esos días del mes. En estas zonas, algunas campesinas siguen usando trapos viejos, hojas secas de algunos árboles, papel de periódico… en vez de compresas, exponiéndose a sufrir infecciones, heridas o picadura de insectos.

Las buenas noticias es que hay varias personas y organismos estudiando la posibilidad de crear toallitas sanitarias a precios reducidos asequibles a cualquier mujer india con productos autóctonos. De momento, se están probando varios prototipos, como el del grupo Saathi, formado por graduados de MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), que están fabricando unas compresas con fibra de los plataneros y que cuestan menos de 2 céntimos.

El mayor problema al que se ha enfrentado MITU, una ONG con base en Bangalore, es convencer a las mujeres adultas de las bondades de las compresas frente a otros métodos tradicionales. No es fácil cambiar siglos de ideas preconcebidas pero el arduo trabajo de esta ONG ha conseguido, en muchos casos, que las madres entiendan los beneficios de las compresas y las compren para que sus hijas puedan ir al colegio durante los días que tengan la regla pero se niegan a usarlas ellas mismas y es que es difícil cambiar ciertos hábitos.

Mientras tanto, la fundadora de la ONG, Kala Charlu, se dedica a ir por los colegios públicos de chicas ofreciendo gratis estas compresas de bajo coste ‘Made in India‘ pero como ella misma reconoce:” Está bien regalarlas al principio, para que se den cuenta de los beneficios de una compresa higiénica, pero no creo que tengan que ser siempre gratis porque a la larga, esta medida es insostenible.”.

Como verás, se trata de una pequeña revolución blanca que puede darle alas a las adolescentes de la India y hacer que 25% de ellas, no dejen de ir al colegio o de trabajar durante más de 50 días al año debido a un ‘problema sanitario’.