De Carita para mi carita, pero no de Cáritas, porque el lujo no es una obra de caridad, aunque a veces puede serlo, y en este caso, el grupo Shiseido al que pertenece esta marca, me invitó ese mismo día a hacer un voluntariado en la AECC, con pacientes de cáncer de mama, como parte de su programa Belleza con Alma. Fue un taller gratuito que nos ayudó a todos a sentirnos mucho mejor que es de lo que se trataba. Y es que hay marcas que tienen alma en todo lo que hacen y no se olvidan que la vida tiene dos caras: una más amable que otra. En la primera sesión me sentí bien por fuera y en la segunda, por dentro. Es uno de los tratamientos más completos que he probado últimamente.
La parte de lujo comenzó con un amable chófer llamando a mi puerta para llevarme en un maravilloso Volvo hasta Tacha, uno de los centros más lujosos y apartados del centro de Madrid, en El Plantío (por cierto, allí me crucé con Aitana Sánchez Gijón saliendo de la peluquería anexa al salón de belleza), y en la zona del jardín con pérgola pude conocer sus 3 nuevos serums basados en la neurocosmética: la ciencia que relaciona las propiedades de sus 3 nuevos serums con el sistema nervioso a través del tacto con unas fórmulas capaces de interactuar con nuestros neuroreceptores. Cuando la piel envejece la actividad de los neuroreceptores disminuye y la de los neuro-mediadores aumenta. Según los últimos estudios en neuro-transmisores, estos mensajes celulares interrumpidos por la débil conexión entre nuestro sistema nervioso y la piel son responsables entre un 30 y un 40% de la falta de firmeza y el espesor en la edad madura.
¿Te suenan los parabenos o parabenes, verdad? Es de esos nombres que corretean por nuestra cabeza, preocupándonos de tanto en tanto sin que sepamos catalogarlos con exactitud.
Los parebenos son sustancias químicas bactericidas que se añaden a algunos productos perecederos, como los cosméticos, con el fin de alargar su vida. Al parecer es uno de los conservantes más baratos, y también están en la alimentación habitual.
¿Son ‘malos’, más que la quina? Parte de la comunidad científica afirma que sí. La piel es capaz de absorber algunas sustancias hasta llevarlas al torrente sanguíneo y éstas pueden devenir en cáncer, en los casos más graves. Otros se baten a capa y espada para defender su inocuidad –fundamentalmente, aquellos a quienes interesa su uso-, alegando que parabenos hay muchos y no todos son nocivos, o no se emplean en cantidades perjudiciales para la salud humana.
Maniqueísmos e intereses comerciales aparte, y con el rigor que corresponde a la propia responsabilidad para con nuestro cuerpo, cada vez vamos sabiendo más de estos componentes y podemos evitar los definitivamente catalogados como nocivos.
La OCU acaba de publicar un estudio muy útil para el consumidor que lee atentamente la letra pequeña.
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