Fotograma de la película "El Perfume" de Tom Tykwer

Fotograma de la película “El Perfume” de Tom Tykwer

El libro de El Perfume  de Patrick Süskind es, probablemente, uno de los que más me ha marcado en mi vida. El universo de los aromas siempre me ha apasionado, de pequeña siempre iba arrugando la nariz y olfateando aquí y allá descubriendo el mundo a través de los aromas –bueno, de mayor lo sigo haciendo-. Por eso, acudir a un taller olfativo, con una prestigiosa perfumista, es un auténtico regalo para los sentidos, y sobre todo para mi sentido predilecto: el olfato.

Guerlain y Sylvaine Delacourte nos invitaron a un viaje imaginario por los rincones del planeta de donde la casa francesa obtiene las materias primas que componen sus fragancias. Por nuestras pituitarias desfilaron secantes impregnados de bergamota, rosa búlgara, rosa turca, rosa persa, por la mezcla de jazmín de la casa, jazmín de Calabria que ha conquistado a Thierry Wasser, pachulí, vetiver, lirio… Una verdadera clase magistral en la que pudimos descubrir lo distintos que son los aromas entre unas y otras variedades.

Sylvaine Delacourte es Directora de Desarrollo de Perfumes de Guerlain. Entró en la casa francesa en 1983 y aunque comenzó en el mundo del maquillaje, pronto descubrió que su pasión era el mundo del perfume. Trabaja muy cerca de Thierry Wasser y está detrás del desarrollo de fragancias como L’Instant o Insolence. También es responsable de los perfumes exclusivos y de los que la maison hace a medida.

Foto de Sylvaine Delacourte

Sylvaine Delacourte / Foto Malva Rico

Un peldaño más arriba de los perfumes Guerlain se encuentran esas colecciones especiales que Sylvaine compone en el laboratorio de Les Collections Exclusives. Allí conjugan el pasado –reeditando cada año uno de los más de 700 perfumes que la casa ha creado en estos casi 2 siglos de vida- con el futuro a través de nuevas creaciones, como la colección exclusiva “El arte y la materia” que rinde homenaje a las materias primas más icónicas de la firma; “Elixires carnales”, su nombre lo dice todo ; o “Una ciudad, una fragancia” con destinos como Moscú, Nueva York, Londres, Tokio y la última en incorporarse, Shanghai (Precio : 157 euros).

Imagen de la fragancia Shangai

Y totalmente alejado del común de los mortales está el perfume a medida, o cómo una fragancia puede convertirse en una obra de arte, en un verdadero producto de lujo al alcance de muy pocos. A un precio de 40.000 euros, Sylvaine Delacour elabora estos aromas únicos y personalizados para los que incluso se ha formado con un psicoterapeuta. El proceso es el siguiente: se reúne durante dos horas con el que solicita este servicio de gran lujo y viaja con él o ella en su memoria para encontrar los olores positivos que han marcado su vida, “lo más importante es llegar antes de los 7 años, porque es cuando los olores positivos se quedan anclados”. Después indaga en sus gustos, estilo de vida, aficiones…

Y con esta información Sylvaine Delacourte comienza a dar a oler las materias primas o acordes que cree que se corresponden con esa persona. Tras este primer encuentro, comienza el proceso creativo que le llevará un año, tras el cual, se entregan 2 litros de perfume, el equivalente según la maison al consumo de 5 años, y la composición. Una joya a medida, también por el frasco y que le solicitan unas 10 veces al año.

Su consejo para elegir un perfume es, primero probarlo en el secante, si te gusta, debes probarlo en la piel toda la noche porque “con un perfume hay que dormir para descubrirlo y ver si al día siguiente te sigue gustando”.