Colección navidad 2012: White Night , Giorgio Armani

Rotundo, cándido, cálido o simplemente atrevido, el rojo de labios habla sobre la personalidad y el grado de sensualidad de quién lo lleva, siempre en relación directa con su escala de intensidad. Las pasiones encendidas responden a un arrebatador código de barras ( no confundir con las arrugas del labio superior) lleno de matices y acabados dónde elegir. ¿Brillante, mate o vinilo? ¿Borgoña o Bermellón?

Este otoño-invierno, los labiales llevan una recarga extra de pigmentos emulando  la intensidad de las lacas de uñas dispuesta a robar el protagonismo a la boca. Pero no es rojo todo lo que reluce en el círculo cromático de las tendencias de moda, se admiten desviaciones hacía tonalidades menos dramáticas que intentan vencer el miedo al incendiado rojo fuego. El contrapunto son los nuevos beiges coral y rosados nude, una apuesta elegante y tibia que no está exenta de calidez.

¿Tímida o atrevida? o lo que es lo mismo: ¿nude o rojo? ¿Cual es tu color de barra de labios favorito para la estación fría?

Consejos de aplicación:

Una boca roja favorece mucho sobre una piel clara, en cutis oscuros ayuda a potenciar los labios, pero exige un maquillaje más discreto. Quizá los casos más complicados de maquillar son los labios pequeños porque se reducen con los tonos oscuros, y los demasiado grandes por hacerse aún más evidentes. Pero todo depende de lo que quieras mostrar.

Pero al margen de los trucos ópticos, existe una barrera invisible marcada por la personalidad de cada mujer más que por el maquillaje. En realidad, el rojo de labios no impone condiciones, todo depende de sentirse bien con el tono elegido.

Un labio rojo puede convertirse en protagonista si maquillamos los ojos con suavidad: un sencillo trazo de eye liner, un poco de “rimmel” y nada más. Pero también, puede resultar satisfactorio marcar con intensidad y a dúo tanto los ojos como los labios. Las reglas están cambiando y siempre fueron hechas para romperse con valentía.

No hay colores prohibidos, sólo mal aplicados decía siempre uno de mis maquilladores favoritos.