Conozco alguna gente, poca, a la que no le gusta perfumarse. “Nada como el olor a limpio, a jabón”, sentencian austeras.
Quizá no sepan que el olor a limpio no es incompatible con ir perfumada –de hecho, hay perfumes que recrean este aroma de ‘recién duchado’- o que el manejo de la alquimia olfativa es propio de antiquísimas civilizaciones refinadas, que supieron dar con las mezclas perfectas para hacer del instinto más primitivo, un sofisticado arte capaz de devolver a la infancia, a los amores del pasado, a la calidez del hogar… Incluso al tipo de mujer que se quiera ser en el momento, exactamente igual que los trapitos. Un arte que juega con las emociones y en el que se entreteje la psicología nunca puede ser banal.
María Vélez y Raquel Navarro trasladan su pasión por el perfume a sus talleres Cata de Perfumes, para todos aquellos a quienes fascine el universo olfativo.
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