La joven marca austriaca “Max and me body oil blends” (www.maxandme.org) presenta 7 aceites “mágicos”. Rodeados de un aura fantástica que invita a soñar y regar la piel con el verdadero espíritu de los elfos del bosque. El catálogo parece un cuento de hadas y ninfas que rinde homenaje a la naturaleza y sus poderes elementales a través de los chakras.
En cualquier caso, se agradece un dossier de prensa diferente, sin inalcanzables celebrities y promesas al uso. Tampoco hay rastro de porcentajes de eficacia, ni mención a las células madre, tan de moda últimamente en las fórmulas cosméticas. Sólo a la madre naturaleza en su dimensión más pura y destilada, con fórmulas avaladas y alabadas por varios sellos que certifican su calidad orgánica: Cosmos Natural, Cosmos Organic y BDIH.
Sus creadores, la pareja Max y Tanja tienen amplios conocimientos en aromaterapia holística: cuerpo-mente lo que les llevó a crear su breve pero auténticamente natural carta de aceites. Ellos prefieren decir que la firma se asienta sobre una historia de amor, basada en su amistad y desde luego no es un mal comienzo para una firma tan emocional como vegetal.
Su objetivo va más allá de embellecer e iluminar la piel, también nos ofrecen la posibilidad de disfrutar de las virtudes esenciales de cada planta, actuando directamente sobre nuestros centros de energía. Cada aceite tienes unas propiedades y una función determinada sobre nuestro cuerpo y estado de ánimo.
La Navidad es otra de esas tantas cuestiones bipolares, se ama o se odia. El debate –el debate aburre, no hay mucho más- se reabre cada año y cada año asistimos a la lírica de defensores y detractores raja que te raja sobre: el consumismo desmedido, la familia, a favor o en contra, lo maravilloso de reunirnos en fechas tan señaladas, la conveniencia de celebrar o no los Reyes, o si gusta mucho o poco la decoración de la ciudad. Un blablablá eterno.
Yo creo que a estas alturas de vida, cada uno tiene ya muy claro cómo enfocar el trance navideño. ¿Cómo te lo montas tú?
Yo intento disfrutarlo a tope, ¡que es una fiesta! Hay que celebrarlo todo, incluso el Año Nuevo Chino o Acción de Gracias, por qué no. Alegría. Y más este año, que me da a mí que vamos a tener unas navidades más bien low cost que derrochonas.
Uno de los miedos más extendidos es el del consabido engorde. Esas mesas bien vestidas y repletas de comida opulenta, en nuestro primer mundo significan lorcita y entusiasta puesta a punto en el gym en enero –para dejarlo en febrero, otra de esas maravillas tópicas a las que nos entregamos-
Tenemos muy en cuenta nuestro michelín y leemos de pe a pa los clásicos consejos nutricionales de temporada, pero, ¿a que no tenemos en cuenta los dientecitos que nos permiten despedazar el pavo? Pues no, son los olvidados de la fiesta, y sin embargo son los primeros en sufrir la sobredosis de azúcares simplones y de alcohol.
Este año innovamos un poco con los temas de temporada. Apunta estos consejos preventivos para que tus dientes sobrevivan, un año más, a la dulce Navidad.
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