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Hace un par de semanas fui como periodista invitada a probar el nuevo tratamiento facial de Maribel Yébenes. La cita era en su súpersalón de belleza de lujo del Paseo de la Habana. MY Secret Protocol  no es mi protocolo secreto, es el protocolo secreto de Maribel Yébenes, con sus iniciales en letras mayúsculas, que lo convierten en suyo, mío y tuyo. Pero sobre todo suyo de ella porque se realiza con su propias cremas de cabina MY Secret ( no todas disponibles para la venta al púbico, algunas son exclusivas para uso en cabina). Ella y sólo ella lo ha diseñado paso a paso para ofrecer una completa sesión de belleza facial. Maribel tiene una gran trayectoria dentro del mundo de la estética profesional y su salón es uno de los mejores de la capital.

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Yo desde luego llegué allí, como siempre, con ganas de probarlo y empaparme de todo en cuerpo y alma. Acostumbrada como estoy a ir de camilla en camilla y decidida a poner mi cara, cuello y escote en manos de la esteticista-masajista y terapeuta que me atendió. Creo que se llamaba Silvia, Maribel no estaba, sólo su foto junto a su hija presidiendo la suntuosa recepción del centro.

Mi secreto personal consiste en poner toda la relajación de mi parte, y así obtener el máximo beneficio de éste y cualquier otro tratamiento.

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Las sesiones de belleza producen ese milagro mágico de permitir la evasión total desde la camilla como pequeño altar de ofrenda. Esa  es la posición y la mejor disposición por tu parte es relajarte y disfrutar.  Pon tu cara en sus manos y deja que tu piel absorba como una esponja los cosméticos que te ofrecen bajo los sabios masajes que te ofrecen.

Decidida a entregarme con relax a unas nuevas manos expertas, que realizaron sobre mi rostro un trabajo de manipulación perfecto, acompasado por las palabras justas para comprender lo que me estaban haciendo. Quizás algunas más de las normales para luego poder explicarlo mejor: ahora toca arrastrar las células muertas, luego un cosquilleo eléctrico, después frío y la jerga clásica de activos con nombres imposibles y vida propia. Las explicaciones me hacen salir de mi limbo particular, interrumpiendo brevemente la evasión total que producen estas sesiones de belleza.

Menos mal que soy de fácil relajación y casi de inmediato pasé de estar en el Paseo de la Habana a la mejor playa de Cuba: Varadero. Mi verdadero paraíso secreto al que viajo sin necesidad de equipaje, cuando mi mente se coloca en ese mágico estado alfa de relajación; simultáneo al masaje de desplisado de las arrugas faciales. Un vuelo directo y sin necesidad de tarjeta de embarque, ni tasas, que me sitúa en una cálida esquina donde las palmeras se inclinan hasta casi besar la arena, persiguiendo el sol que se alza por encima de esa orilla de arena casi blanca mientras veo mecerse las olas.

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Disfruté mucho la sesión, sólo interrumpida por la conexión a una máquina estimuladora de las que ionizan activos que aceleran y suben algo turbulentamente el tono de los músculos.con el fin de reafirmar. El paso del aparato me iba recordando todos y cada uno de los empastes de mis muelas con un desagradable sabor metálico y sentimiento de corrientes eléctricas. Una máquina que supera la acción del masaje manual con un movimiento vibratorio acelerado, y muy efectivo a juzgar por los resultados posteriores de tensado de la piel. Entre masaje y drenaje, llegó la aplicación de varias mascarillas y de nuevo, la calma.

Salí de allí con la cara completamente limpia, exfoliada, tonificada, estimulada, revitalizada, regenerada y protegida, habiendo absorbido poderosos activos inteligentes en alta concentración sin ser demasiado consciente de ello.  Mi piel recibió un menú de ingredientes exquisitos compuesto por moléculas de oro,  hongo Reishi, las Matrikinas, el Ácido Octadecenedioico, los Flavonoides, el extracto de Hibisco, los Tusilagos vegetales, los péptidos de Elastina, el Ácido Hialurónico, el Colágeno, el Germen de Trigo, el Ácido Láctico, el Gingko Biloba, el Pantotenato de Calcio, la Arbutina, los fosfolípidos de Soja con Rigina, la Vitamina PP, el Aloe Vera, el Aminocolágeno, el agua floral de Rosa Damascena, el extracto de granada, el extracto de Ostra, el Silicio Orgánico, los Aminoácidos, la Vitamina B1 y la Pro-vitamina B5, las sales minerales y las vitaminas A y C.
Precio: 175 euros/ una hora.

Instituto de Belleza Maribel Yébenes

Paseo de la Habana, 14.

Madrid.

Tel: 91 411 74 04