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¡Ponte recta niña, que vas encogida! ¿Cuántas veces has escuchado esa frase?, yo unas cuantas… Una buena postura transforma a cualquiera, aporta elegancia, seguridad y una apariencia mucho más esbelta, ‘¿has crecido?’, ‘no, es que he decidido ir estirada -que no de estirada- por la vida señora’. Caminar o sentarnos encogidos transmite una imagen desgarbada, apocada, pero la estética no lo es todo, no cuidar la postura también suele aparejar problemas de salud.

Demasiadas horas sentados delante del ordenador, o de pie, trabajos con mucho esfuerzo físico e incluso caminar con más peso del que se debería, conllevan un mayor riesgo de sufrir problemas musculares y de columna, pero pueden acarrear también dolores de cabeza, mala circulación, e incluso molestias digestivas al comprimirse los órganos involucrados en la digestión. Por no hablar de cómo la espalda se encarga de aguantar el peso de todas nuestras preocupaciones

Una buena postura no tiene solo un beneficio directo sobre la espalda, facilita una buena respiración, aumenta la concentración -porque el oxígeno llega mucho mejor al cerebro- y por supuesto, mejora la imagen. Piensa en esas mujeres que para tí son sinónimo de elegancia, ¿a que van rectas como una vela?

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Para conseguirlo, empieza desde la raíz, evita la vida sedentaria y fortalecerás y desarrollarás la musculatura de tu espalda -la natación, el pilates o el yoga serán tus mejores aliados- y cuidado el peso porque la obesidad y el sobrepeso perjudican entre otras muchas cosas, a la espalda. Adapta también tu ambiente de trabajo para que tu espalda esté recta y feliz, y también el de tu sueño, un buen colchón marca la diferecia.

Según el quiropráctico Ata Pouramini, para cuidar la postura, hay una serie de cosas que se deben evitar:

– La cabeza no debe preceder al cuerpo al caminar.
– Los hombros no deben moverse arriba y abajo, salvo que estés desfilando en la pasarela, y creo que éste no es el caso.
– Los pasos no deben ser largos ni cortos, hay que encontrar el equilibrio, un caminar apropiado a la envergadura de cada persona.
– Pese a lo que la gente cree, una columna totalmente recta no es algo saludable. La columna tiene que tener una ligera curvatura, como un plátano, en el cuello y lumbares.
– El cuello no debe ir forzado para estar recto, de hecho, que lo esté, provoca trastornos serios.

Para mejorar tu postura puedes tener en cuenta:

No adelantes los hombros, llévalos hacia atrás, casi tras las caderas. Obtendrás un lifting de estómago inmediato, porque éste se desplazará hacia adentro automáticamente.
– Al caminar, no arrastres los pies, pero tampoco cruces las piernas una delante de otra -recuerda, no estamos desfilando en la pasarela-. Visualiza una línea imaginaria y lleva las piernas en paralelo.
Respira con el abdomen.