Hotel Bahía del Duque de Tenerife, premio al mejor destino

El Bahía del Duque de Tenerife tiene ya unos cuantos premios internacionales en su haber que certifican que es uno de los mejores hoteles del mundo. Ahora suma el de “Best Destination Hotel” de Europa que concede la reconocida guía de viajes Conde Nast Johansens. El lunes se entregaron estos galardones de la excelencia basados en las opiniones huéspedes, las encuestas de calidad y los informes de los propios inspectores de la guía.

Porque el entorno de este hotel es un plus que suma atractivos irresistibles, la categoría del premio -“mejor destino”- da en la diana. A su puerta una de las playas más bonitas de Tenerife y más allá, en una sola isla, paisajes de todo tipo: la estampa lunar del impresionante Parque Nacional del Teide, la naturaleza y el verde del norte como Anaga, rincones tan especiales como la Punta de Teno, una ciudad colonial y con mucho encanto como es La Laguna. ¿Con qué te quedas?

Pero dentro de sus instalaciones el Bahía del Duque tiene excusas suficientes para no salir. Una arquitectura que te traslada a otra época, tranquilidad, piscinas de todos los tipos y tamaños, una oferta gastronómica interesante y su spa L’Occitane para olvidarse del mundo. Y esta vez hablo con conocimiento de causa porque mi cuerpo serrano ha pasado dos noches con sus días en él.

El premio se lo han entregado por ser “Un testimonio de la arquitectura colonial, el Gran Hotel Bahía del Duque Resort en Tenerife, es un conjunto de villas impecables. Lujo sublime, no es necesario salir de este resort en la “Isla de la eterna primavera”. Porque el clima, es otro de los atractivos irresistibles de la isla.

Sólo tengo una pega, el precio, es un hotel solo apto para presupuestos holgados o esos momentos de homenaje en los que uno decide tirar la casa por la ventana. Pero claro, el lujo es lo que tiene.

Por cierto, que no ha sido el único hotel español con premio, el AR Diamante Beach Hotel situado en Calpe (Alicante) se ha llevado el galardón como mejor hotel para reuniones.

Y llegados a este punto, cierro los ojos y hago mucha fuerza mental para ver si invento yo, a base de ilusión, el teletransporte. Adiós al ordenador y al otoño, hola al sol, la brisa marina, el sonido de las olas y el relax más absoluto. No sé si volveréeeeee.