Libro en papel o libro digital. Llevamos un porrón de años asistiendo al separatismo más desolador y lacerante (¿no?), a un pulso a muerte entre hermanos, desde que lo electrónico relegara al rincón al formato encuadernado.

En medio de esta pasional algarabía, se agradece toda vocación de conciliar voces en un clamor unísono: el del placer-compartido-y-punto. Con este concepto en  mente nace Fotolito Books, una editorial española que combina tangible papel con la tecnología más cómoda. Tocar, oler y mostrar, sí; pero también leer y almacenar en dispositivo electrónico. El resultado es un pack de regalo para el lector que ya ha hecho la transición o para ganarse al que se mantiene abierto al diálogo.

Hale, daos la mano y un besito, papel y digital. Las conjunciones copulativas tienen eso: que siempre ayudan a poner fin al enfado. 

Pero, ¿cómo hermanar formatos que reciben simpatías dispares? La brecha -comercial y sentimental- entre estas opciones socava la fibra del lector fetichista del libro (¡pleonasmoooo!); se trata de leer pero no es lo mismo, aullamos, tiene aire de familia pero no es el hogar.

Los nacidos en La Era Sin Internet podemos ponernos muy conservadores con lo nuestro.

Somos la carcoma de los vicios que contrajimos en la juventud, el dedo que persigue la suave curva del lomo, la emboscada en un galimatías que delata -*SOB*- un romanticismo añejo, somos el insomnio bien llevado de Jack.

Leer nos excita demasiado como para hacerlo con la luz apagada, “ESO” es como follar con guantes, las pantallas no desprenden aroma, ‘titulitis’ es la sana costumbre de acumular autores en estanterías…

Los cinco artífices de Fotolito conocen cada argumento como si fuera suyo. De hecho los cultivan, como la inquietud de pactar con habilidad. Carolina Pellicer, Guillermo Jiménez, Claudia Picazo, Gala Lázaro y Tatiana Vargas, sólo han tenido que poner en común su sensibilidad para añadir ese toque ‘carnal’ que ligamos a la convivencia física con la lectura.  Así, sus títulos se pueden descargar en cualquier soporte electrónico y además incluyen el amoroso papel que conduce a una experiencia sensorial completa. Por aquello de relacionarse con el ritual a la antigua usanza.

El pack de regalo se presenta en una bonita caja de cartón ilustrada, con la tarjeta para descargar el libro rápidamente a lo ‘Ya sé Kung-fu’, un marco para colocar las ilustraciones de Carolina Pellicer y un chulísimo paper-toy decorativo para montar y dejar por casa.

El catálogo se inicia con “El proceso” de Kafka y con relatos de Poe, autores de iconografía y vibración emocional reconocibles para todos los lectores del mundo. Ponte por ahí un post-it: prometen seguir sacando niños mimados. Qué, ratón de biblioteca, ¿sería digno objeto de regalo? Mi deporte preferido es pasar páginas y el temario me ha molado…

Los Fotolitos están a la venta en librerías madrileñas de bandera como Ocho y Medio, Panta Rhei, Antonio Machado o Arrebato; y también en su web, Fotolito Books.

Precio: 22 euros.