Edición Limitada

Edición Limitada

House of Sillage bucea en los códigos del lujo para emerger con sus perfumes-joya. ‘Jugos’, como dicen los franceses, respetuosos con la tradición, encerrados en un objeto decorado con cristales de Swarovski y otros materiales preciosos que se manipulan artesanalmente. Una boya de flotación entre el maremágnum de marcas de rápida digestión.

Siete fragancias, y mismo aroma a repartir entre dos ediciones. Una permanente o Signature  –la más ‘modesta’- y otra limitada -1.000 ejemplares para todo el globo-, componen una rutilante escudería de cup-cakes de lujo, envases imperecederos de conservar como oro en paño. Y de legar a las generaciones venideras. Sobre todo si se posee una edición limitada, de precio superior a los 1.000 euritos.

Love is in the aire, colección permanente

Love is in the air, colección Signature

 

La historia de Nicole Mather, ‘alma mather’, es muy cinematográfica y merece ser contada. Miembro de una familia humilde, emigra de Rumania huyendo del régimen comunista. Una vez asentada en los Estados Unidos, gozosa por el clima de libertad, materializa el ‘sueño americano’ graduándose en empresariales y trabajando para gigantes como Fortune 500 Companies o Goldman Sachs. El paso Wall Street a la sublimación de las fragancias, seguramente preñado de lógica interna, obedecería a un deseo de exaltar la opulencia del verdadero lujo.

Para recrear este ideal, la emprendedora se ha rodeado de artesanos, joyeros y por supuesto, perfumistas. Una única directriz, conseguir un producto exclusivo, inolvidable en continente y contenido, comprometido con la tradición pero también con la modernidad.

La experiencia al olfato, es decir, la cata en sí, es satisfactoria. Son perfumes extremadamente concentrados –25% de aceites-, capaces de conquistar a un público amplio, sean ‘iniciados’ o no. Como siempre que se prueba un número alto, resulta difícil elegir un favorito. O eso piensa esta plumilla hasta que llega a Love is in the Air. A-PUF. Basado en la Rosa de Bulgaria que siempre me arrebata el corazón (y la pituitaria), se trata de un floral muy evocador y adictivo que enseguida trae imágenes (bonitas) a la cabeza. Muy conseguido. Emociona.

En la edición permanente, el tapón se laca en bronce e incluye cristales de Swarovski.

Precio: 325 euros.