Revitalash es algo como el Taj Mahal de la pestaña. Por fastuosa, edificante y regia; y porque nació como regalo de amor de un oftalmólogo a su esposa enferma de cáncer. Una historia que nos recuerda –no tenemos tantas ocasiones de hacerlo-, que la belleza a veces -pocas-, es algo más que ‘estar monas’.
En 2006, Gayle, esposa de Michael Brinkenhoff, atravesaba un proceso de quimioterapia. A las molestias habituales se sumaba el deterioro físico que suele acarrear este agresivo tratamiento, del que sus pestañas salieron especialmente mal paradas.
Mantener una imagen-no-deprimente, acorde a como un@ tiene costumbre de verse, es importantísimo. En ese trance más aún, nada baladí.
El sérum que formuló el dr. Brinkenhoff, a base de péptidos e ingredientes botánicos, fue capaz de operar el ‘milagro’ de revitalizar las pestañas de su esposa. Y con ello, de devolverle la alegría al mirarse al espejo, que siempre gusta. De ahí a la idea de comercializarlo con el fin de que mujeres y hombres, con cáncer o no, se beneficiaran de sus propiedades; y también a la idea de revertir parte de los beneficios en asociaciones de lucha contra el cáncer. Un compromiso que se traduce, en nuestro país, en la donación de 1 euro por cada venta de unidad de producto a la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer).
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