Botox y ácido hialurónico, el cacao es considerable cuando hablamos de medicina estética. Por eso, hoy vengo dispuesta a intentar resolver algunas de las dudas más comunes que surgen alrededor de dos de los tratamientos estéticos más demandados. ¿Te aclaras con tanto pinchazo?
Una charla organizada por Allergan con el Dr. Juan Sopena, dermatólogo y director del Instituto Madrileño de Dermatología y Estética, me sirvió de punto de partida para poner un poco de luz en torno al botox y al ácido hialurónico.
El botox es el tratamiento estético más demandado, el nº1 dentro del top 5 de los tratamientos no invasivos. Cuando hablamos de botox estamos citando una marca comercial (precisamente de Allergan), lo correcto es hablar de toxina botulínica tipo A. Lo que consigue esta toxina es bloquear los impulsos nerviosos que causan las contracciones musculares, el músculo se relaja pero no se paraliza. Ni el músculo ni el nervio resultan dañados. (más…)
El ritual Detox & Antiox incluye el nuevo producto facial de la familia Plasma del Dr. Perricone: la mascarilla Chloro Plasma, un verdadero oasis para la limpieza facial de última generación, con regeneración incluida. Su sofisticada fórmula tiene efectos limpiadores, exfoliantes y revitalizantes.
Me gusta que su cremosa fórmula no lleve micropartículas de arrastre en suspensión, así no puede arañar la piel. La forma de actuar de esta mascarilla es mucho más tecno: biotecnología basada en la fotosíntesis y el poder de la clorofila…muchos extractos botánicos de algas y vegetales como el aloe vera, el berro y el alga verde azul o espirulina.
Primero fue el complejo exclusivo de Cold Plasma, lanzado en el 2009, y luego Blue Plasma en el 2012; con más patentes para la familia Perricone, conocida por sus tratamientos cosmoceúticos.
Todo el poder de la energía vegetal más pura y concentrada suspendida en un plasma cosmético que transporta los nutrientes hasta la piel por un ingenioso sistema de biotransporte inteligente y patentado, que se basa en la idea científica de Plasma como la materia que rodea el cosmos y las estrellas. Una especie de caldo de cultivo lleno de iones y electrones libres dispuestos a interactúar, en este caso con las células de la piel.
Al aplicarse sobre la cara, la mascarilla cambia de color mientras la masajeamos sobre la piel, de verde ligero a verde intenso, lo que viene a indicar que las microcápsulas invisibles de clorofila vuelcan todo su poder purificante y anti-edad. El resultado es muy refrescante y sus efectos también: poro reducido, piel más luminosa y manchas difuminadas. Además, nos ayuda a proteger el ADN celular de los daños ambientales.
Un buen plan de primavera para mutar la piel después del invierno y enfrentarse al sol con la piel libre de toxinas, impurezas y células muertas. Totalmente vivificada y lista para recibir un bronceado limpio y uniforme.
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