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Niños que cada vez son más alérgicos -el 22% de los población infantil europea-, adultos que nunca han tenido problemas y de repente llega la primavera y no se separan del pañuelo. En España hay alrededor de 10 millones de alérgicos pero la cifra aumenta año a año, se calcula que en 2025 serán 20 millones. ¿El polen te amargada la estación del amor?

Aunque este año me noto la nariz más atascada de lo normal, por el momento las alergias no han llegado a mi -toco madera-. Sí, lo sé, soy una privilegiada porque las alergias ambientales y alimentarias extienden su incómoda garra.

Las alergias no son nada nuevo, el faraón Menes murió por la reacción que le causó una picadura de avispa, sí es una novedad que se hayan convertido en una verdadera pandemia en este siglo XXI. ¡¡Aaaaaachísssss!!

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La maravillosa explosión de la primavera no es tan bonita para quien tiene alergia y aunque es la época del año de mayor sufrimiento, en España la alergia al polen no es exclusiva de ésta estación. Empieza en enero con los cipreses, siguen con los plátanos de sombra y las gramíneas y termina de rematar en julio con el olivo. Cada vez más personas tienen síntomas durante todo el año.

Pero, ¿qué es la alergia? Pues una respuesta equivocada de nuestro sistema inmune. El sistema inmune que nos defiende de bacterias, virus o parásitos va aprendiendo conforme se hace mayor a distinguir entre sustancias buenas y malas. La alergia aparece cuando detecta como enemigos intrusos que no son peligrosos como el polen, los ácaros o determinados alimentos.

Y ¿por qué se confunde el sistema inmune? Pues una de las tesis más extendidas es que ante el exceso de higiene, no tiene enemigos reales con los que aprender y luchar y se ponen a luchar contra agentes inofensivos como los ácaros o el polen.

Exceso de higiene que se suma a un cambio en el estilo de vida con nuevos factores que son también responsables directos de ese aumento de alergias: la contaminación y sobre todo los motores diesel de los coches que en España son mayoría, alimentos procesados que alteran nuestra flora bacteriana, demasiadas sustancias químicas a nuestro alrededor, falta de vitamina D que aumenta hasta tres veces las probabilidades de que los niños tengan reacciones alérgicas a los alimentos, exceso de medicamentos (sobre todo antibióticos).

La mejor forma de atajarlas es acudir al especialista para que trate la alergia. En casos de alergias alimentarias infantiles por ejemplo, ya hay tratamientos como la inmunoterapia oral con huevo que consigue que el 80% de los pequeños con alergia a este alimento, la superen.

Los humanos nos creamos los problemas y la ciencia se pone las pilas para intentar solucionarlos. Mundo de locos, yo, que todavía no tengo ninguna alergia he pensado que me voy a vivir al campo, lejos de los coches y la contaminación, ahora que estoy a tiempo.

¿A qué tienes alergia?