No es lo mismo inolvidable que memorable y voy a empezar por el final feliz de mi aventura canaria, que nos llevó a mi santo y a mí, de viaje por algunos de los hoteles con spa más sofisticados de Gran Canaria. Una experiencia más que recomendable, ciertamente memorable.
Cuando recalamos en Lopesan Corallium Thalasso, ya llevabamos un par de días termalizados. Nos habíamos sumergido en varios circuitos spa de agua dulce y salada (talasoterapia). Los dos ibamos algo subiditos de estrés laboral y buscamos una desconexión total, que conseguimos desde el minuto uno. La isla te lo pone fácil, sobre todo a mí que nada más ver una palmera, me pongo a segregar endorfinas con la misma fuerza que los chorros de cuello de cisne habituales en todo circuito spa que se precie.