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Cada vez hay más niños asmáticos. ¿Se ha fijado? Se diría que no hay familia que no albergue uno. Con mayor exactitud: uno de cada diez niños padece asma. Y la razón, según desvela la SEICAP (Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica), podría hallarse en el aumento de la contaminación. Sí, esa espesa masa como de puré que cae a plomo sobre nuestras ciudades.

Cuanto más grande y de tráfico más denso, más sospechosa la ciudad. En Madrid, durante los primeros días del año, se han registrado picos por encima de los 200 microgramos por centímetro cúbico, límite que sobrepasa lo permitido por la normativa europea.

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El asma se recrudece con la polución ambiental, y los niños, como explica el doctor Torres (coordinador del Grupo de Trabajo de Alergología Respiratoria de la SEICAP), “son más sensibles que los adultos a este tipo de agentes contenidos en las emisiones de vehículos y otros combustibles”. Un simple paseo en el carrito les expone más que a los adultos, puesto que éstos ejercen los bronquios al caminar. A un niño especialmente sensible, la contaminación le puede generar un estado de hiperreactividad o hiperrespuesta bronquial, lo que “implica el agravamiento de los síntomas como la tos, las sibilancias, la sensación de ahogo o de opresión en el pecho que pueden desencadenar en una crisis fuerte de asma que requiera asistencia urgente”, continúa Torres.

¿Y si nos vemos en medio de una crisis? Raudas al tratamiento de rescate. “Los broncodilatadores se ocupan de relajar los músculos bronquiales contraídos y hacen que los bronquios se ensanchen para que pase mejor el aire en caso de sintomatología aguda”, apunta el doctor Torres. Además, deberá usarse a diario la medicación preventiva para disminuir la inflamación crónica de los bronquios y reducir el riesgo ante posibles agentes externos o infecciones.

Cómo prevenir

Es recomendable permanecer lo menos posible en las zonas más contaminadas. No practicar deporte al aire libre, utilizar transporte público y permanecer atentos a los niños con asma.

El broncodilatador, siempre con ellos. Decisivo enseñarles  a ser prolijos en su propio cuidado y no despistarse.