Piel en invierno Es el momento de lucir bufandas, gorros, abrigos… todo para luchar contra el frío. Pero, ¿Qué pasa con la piel del rostro durante el invierno? Sequedad, deshidratación, rojeces… Necesitas más protección y nutrición a incluir  en los cuidados diarios.

¡Abrígate también la piel de la cara!

Piel en invierno

Las necesidades del cutis, incluso en esas tan raras y codiciadas “pieles normales”, cambian durante el año. En verano, las temperaturas más altas hacen que tanto la secreción sebácea como la sudoración aumenten, con lo que una hidratación más ligera (¡y protección solar!) es suficiente para mantener intactas las reservas hídricas del cutis mientras se controlan brillos y exceso de grasa. En cambio, en invierno, al mismo tiempo que se nos resecan y cortan manos y labios, lo mismo ocurre con el resto del cutis, aunque no seamos tan conscientes de ello. El frío exterior hace que la piel quede desprotegida y tienda a deshidratarse con mayor facilidad, con la consecuente tirantez, picor, sequedad e incluso descamación. Pero además, esto se ve agravado por los contrastes térmicos y la sequedad ambiental producto de las calefacciones, que además producen vasodilatación y favorecen la aparición de rojeces.

Piel en invierno

Las pieles sensibles son las que más sufren durante la época invernal, como en casi todas las épocas del año, porque a sus problemas habituales de intolerancia se añaden las bajas temperaturas, por lo que es imprescindible contar con los cosméticos adecuados para defender la piel. Pero el resto de tipos cutáneos tampoco quedan indemnes ante estas agresiones. Es necesario adaptar nuestras rutinas de belleza para proteger y cuidar adecuadamente el cutis. En definitiva, abrigarlo. Texturas más untuosas y densas de las que utilizaríamos en verano se encargan de aportar comodidad y formar una barrera protectora que impide que las reservas de agua de la epidermis se evaporen con tanta facilidad. Además, para reconfortar la piel también es el momento de utilizar cosméticos más ricos en todas las fases del cuidado facial: desmaquillado, limpieza y nutrición o tratamiento nocturno.

Los aceites de nueva generación, aptos incluso para pieles grasas, y los fondos de maquillaje hidratantes e incluso satinados serán también bienvenidos en esta época de frío. Invierno, ¡allá vamos!