A cara lavada y como un espectro de ella misma, tomaba el otro día el AVE, Isabel Preysler, la reina del baldosín y los cuartos de baño, tan encantadora, elegante y delgada como es habitual en ella. Con un bolso de marca en un brazo y en la otra su My Cream y su nuevo caballero andante. Con la melena recogida, sin descolocarse ni un pelo, y esa semisonrisa filipina que da a su cara un halo antiaging y antinatural, demasiado tenso y planchado para su edad.
Y parece que sí, hay vida, después de su tercer hombre. Isabel, divorciada de Julio Iglesias y Carlos Falcó, Marqués de Griñón, viuda incipiente de Miguel Boyer, ilustre Ministro de Economía con el PSOE, y recién enamorada y correspondida por el literato Mario Vargas Llosa.
Pero, Isabel Preysler, además de sus amores, que sin duda la rejuvenecen su espíritu oriental, alimenta su sonrisa con batidos vegetales, promociones de azulejos, joyas y bombones, y una leyenda de Geisha donde no faltan las bolas chinas. Para seguir dando el carrete, la filipina más admirada de España, desde las revistas del papel couché, sigue de promoción con My Cream y su nuevo amor.
En el principio fue el Génesis. El nacimiento, la creación, el origen, el emerger de las especies, de sus frondosos pelos… Y después aconteció el Regenesis, allí donde los tejidos habían sido esquilmados. O así se lo ha planteado Regenesis, una de las ‘hijas’ de Revitalash, la firma que surgió del feliz error de un oftalmólogo que buscaba tratamiento para el glaucoma y que halló en su ingrediente fallido la solución para la pérdida de pelo de su mujer, enferma de cáncer.
Regenesis es una completa línea capilar que promete revitalizar el cabello fino y frágil, debilitado por la edad, las coloraciones agresivas, el sol, las dietas, el estrés… Acero para pelos pochos, probado en The Art Lab Madrid en conmemoración suya (de usted). Le tocará la fibra.
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