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¿Hambre o sed? Tal vez, estás un poco hirsty y aún no lo sabes… Directamente desde la caja de truenos del idioma, damos la bienvenida al término de nuevo cuño HIRSTY, una contracción entre hungry (hambriento/a) y thirsty (sediento/a). Aunque aún no ha calado en nuestras fronteras, no lo pierdas de vista: quizá te venga bien tener este elemento de expresión para llevarte a la boca mientras te aclaras las ideas.

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¿Estás hambrienta? ¿O tienes sed? Una sensación puede enmascarar a la otra. Sabes que tu cuerpo necesita sólido o líquido pero no terminas de dirimir exactamente qué. Y esto es así aquí, en China, en Timbuctú… o en UK.

¿Te suena este confuso estado del cuerpo? A mí sí, sobre todo en la duda entre alimentos dulces o beber agua. La solución está en las hormonas grelina y leptina, responsables de desencadenar tanto la señal de sed como la de apetito. Y como no es cuestión de zamparse medio kilo de pasteles para resolver el enigma, mejor empieza por beber vaso de agua. Si pasados 10 minutos te sientes satisfecha, tómatelo como una invitación a empinar tan saludable codo más a menudo: tener sed no es inocente, indica que la deshidratación ya ha empezado a producirse con su batería de efectos asociados, como el cansancio o la depresión del estado del ánimo.

Si aún tienes hambre, seguramente sea el momento de mover el bigote sobre algo sólido. Mientras te entregas, por qué no, a un apasionante monólogo interior filológico sobre el inglés, las buenas gentes y sus posibilidades. Cuando algunas aún seguimos perplejas ante la aparición del BRONDE (ya tú sabes, ese interregno de color entre brunette blonde que al final es un castaño claro pelón de toda la vida), hemos de abrazar ¡entre horas! el HIRSTY para resumir los desatinos hormonales que nos regala nuestro cuerpo.

Qué será lo próximo. Miedo me da pensar en otros derroteros que intuyo, para empezar –que nos gusta una simpleza-, escatológicos. Al fin y al cabo, pee y poo (hacer pis y hacer caca respectivamente) ya están lo suficientemente cerca como para ensamblar un palabro del todo cantarín y musical que en el fondo dé un poquito de asco.

Pensemos que luego, para colmo, no va a haber celeb con el cuajo para abanderar esas innobles contracciones de los bajos fondos, no como con el mucho más elevado BRONDE, que ha gozado de una elocuente cascada de tinta con su correspondiente y sonriente mascarón de proa peliteñido a ese tono más conocido como ni-chicha-ni-limoná.

Mejor aclaramos bebiendo un buen vaso de agua antes de lanzarnos a comer lo primero que se nos pone delante. No sea que terminemos empachados de tontería comida chatarra y sintiéndonos BOBOS… pero no de los pintorescos Burgueses Bohemios, tan tiernos y snobs ellos, sino como los entendemos, ay, a este lado del Pirineo.