Los cirujanos plásticos españoles están enfadados, y mucho, por el Real Decreto que prepara el Gobierno para regular la autorización de los centros sanitarios. Desde la Secpre (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética) creen que lo único que va a conseguir es mayor intrusismo y que “legaliza la inseguridad de los pacientes y normaliza la mediocridad en cirugía plástica”.

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Poner de acuerdo a todo un colectivo no es fácil, pero el Gobierno lo ha conseguido, tiene en pie de guerra a los cirujanos plásticos. El culpable del monumental enfado es el Proyecto de Real Decreto de 12 de junio de 2015 por el que se establecen las bases generales sobre autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios y se determinan los requisitos mínimos comunes para su autorización.

La cosa empieza mal desde el principio porque en la definición de unidades de Cirugía Estética ya establece que las intervenciones de una unidad de Cirugía Estética puedan ser realizadas tanto por un médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora como por “otro especialista quirúrgico”. Para la Secpre esto permitirá “que cirujanos sin la titulación ni la formación adecuadas realicen intervenciones de estética, con el consiguiente riesgo para la seguridad de los pacientes”.

Y continúa peor porque limita su actividad a la realización de intervenciones quirúrgicas en estructuras “superficiales” que afectan a la forma y la función corporal, “sin especificar qué entiende por superficiales ni tener en cuenta que gran parte de las estructuras reconstruidas por dichos especialistas no se encuentran, precisamente, en la superficie del cuerpo”.

Olvida, que la labor del cirujano plástico va mucho más allá de la cirugía más frívola y contribuye a mejorar la calidad de vida de muchas personas. El futuro proyecto establecerá, por ejemplo, que en el caso de los niños, las intervenciones quirúrgicas sean realizadas en exclusiva por médicos especialistas en Cirugía Pediátrica, no habla del papel de los cirujanos plásticos. Algo parecido sucederá con los pacientes con quemaduras graves que hasta ahora eran tratados por los médicos especialistas en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, los únicos que cuentan con la acreditación oficial necesaria para ello. Sin embargo, el proyecto establece que dichos pacientes sean tratados por “un médico especialista”, sin especificar la especialidad.

No sólo no aprueban una ley que regule la práctica de la cirugía estética en España, lo que viene reclamando el colectivo desde hace años, sino que crean aún más confusión. La Secpre estima que, en la actualidad, unos 9.000 médicos sin la titulación ni la formación adecuadas realizan intervenciones de estética en nuestro país, una cifra que consideran que podría incrementarse con el nuevo proyecto.