Dicen los expertos que un buen masaje es un tratamiento de salud integral, y en Belleza Pura estamos totalmente de acuerdo. El masaje real tailandés, creado para relajar cuerpo, mente y espíritu, es todo un regalo para los urbanitas del siglo XXI que sufrimos del síndrome de la prisa crónica.

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Un buen masaje es clave para eliminar tensiones acumuladas.

Yo soy un vivo ejemplo de ese síndrome. Vivir en Nueva York implica que mi cuerpo está permanentemente alerta. Cruzar los pasos de cebra sin que te atropelle un taxista es una proeza a lo Indiana Jones, la hora de cola de rigor en el supermercado es capaz de acabar con la paciencia de cualquiera, y los misteriosos horarios del metro (que a veces decide convertirse en otra línea totalmente diferente tras un aviso ininteligible del conductor del tren) ponen a prueba mi salud mental a diario. Vamos, que tras casi dos años viviendo en esta ciudad tengo tantas contracturas que soy la candidata perfecta para recibir masajes todas las semanas. Mi problema es que con este ritmo de vida tan frenético no tengo tiempo para dedicarme un par de horas en un centro de belleza.

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En Nueva York existe una modalidad exprés para casi todos los tratamientos de belleza, ideados para que se puedan hacer durante el exiguo descanso de la comida. Sin embargo, en el tema de los masajes es muy común caer en las garras de personal poco cualificado que te sienta en un potro de tortura y te deja peor cuerpo del que ya traías de serie. O, lo que es peor, en una casa de damas y caballeros de vida alegre y rasgos exóticos que ofrecen masajes con supuesto final feliz. Y encima tienes que dejarles propina.

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Cuando estos sillones del centro Sheva Thai Spa te abrazan no tienes escapatoria.

Por suerte para una servidora, acaba de abrir sus puertas muy cerquita del edificio Chrysler el centro Sheva Thai Express, un verdadero spa tailandés especializado en tratamientos que maximizan la desconexión y la relajación del cuerpo y la mente en una escasa media hora. ¿Su secreto? Un personal altamente cualificado y formado en las técnicas del masaje tailandés tradicional, unos sillones que parecen abrazarte, y un kit de desconexión personal que permite a los clientes aislarse del mundanal ruido. Lior Eshed, director ejecutivo de la firma, me explicaba la ciencia tras estos accesorios: “Nuestra idea es aprovechar al máximo el tiempo que tienen nuestros clientes para relajarse haciendo varias cosas a la vez. Utilizamos tapones para los oídos, iPods y mascarillas para los ojos con la finalidad de parar el ruido externo, las distracciones visuales y otros elementos que puedan agitar la mente, porque suelen interferir con el proceso de relajación. En definitiva, creamos un espacio seguro que permite al cuerpo, mente y espíritu relajarse y aprovechar la máxima cantidad de elementos curativos en una sola sesión”.

El masaje Naam de pies promete una renovación total de cuerpo y mente en media hora escasa.

El masaje Naam de pies promete una renovación total de cuerpo y mente en media hora escasa.

Como soy de las personas que nunca se creen lo que les cuentan salvo que lo puedan comprobar, decidí lanzar un órdago a mis contracturas y pedí cita para un tratamiento de pies Naam de media hora. Sinceramente no recuerdo mucho de la experiencia, salvo que antes de empezar me comentaron que en la cultura tailandesa se cree que los masajes de pies pueden actuar sobre los órganos internos y mejorar la circulación. Tras cuatro pases mágicos por parte del terapeuta me rendí a los brazos de Morfeo, a pesar de que soy una persona que odia que le toquen los pies. Aunque no he podido comprobar fehacientemente que el masaje me haya dejado un hígado a estrenar, me ha parecido una experiencia ideal para liberar tensiones y combatir mi querido jet-lag, que me deja hecha una piltrafa durante una semana.

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Interior del centro The Organic Spa en Madrid.

Si Nueva York os pilla un poco lejos para experimentar los beneficios de un masaje tailandés exprés, podéis visitar el centro The Organic Spa en la madrileña calle Lagasca. Recientemente han comenzado a ofrecer un completo tratamiento de espalda con aceite orgánico con extractos de hierba de limón que promete liberar tensiones en 45 minutos, y que es ideal para encajar en la hora de la comida.