Las tecnologías invaden nuestra vida, desde nuestras relaciones personales a nuestras prácticas deportivas. Uno de los ‘artefactos’ más en boga en este sentido es el chaleco de electroestimulación, un biotraje que incorpora electrodos para estimular los principales grupos musculares y, por ende, tonificar y favorecer la pérdida de grasa sin esfuerzo. Es lo que conocemos como ‘gimnasia pasiva’, y se emplea tanto en recuperación de lesiones como con fines deportivos.

El debate a la hora de emplear estas prendas de aspecto ciencifantástico es razonable: todo muy bonito sobre el papel, pero ¿qué riesgos conlleva el uso de estos aparatejos? ¿Se me van a desintegrar los músculos? ¿Esto es sostenible a largo plazo? ¿Me olvido del resto de actividades físicas? Luís Guevara, licenciado en ciencias del deporte y entrenador deportivo, responde a estas dudas.

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  1. Combinar estrategias conduce a la victoria (que se lo digan a Napoleón).

Aunque el chaleco es eficaz para los objetivos gimnásticos, no se recomienda como única actividad. Además puedes andar, nadar, correr, bailar, asistir a clases colectivas… Lo que te pida el cuerpo.

  1. Adaptarse o… desfallecer.

Al igual que no correrías una maratón si no estás entrenada, hay que personalizar cada programa de entrenamiento con el biotraje y adaptarlo a tus propios parámetros de resistencia, fondo y capacidad de recuperación.

  1. Escucha a tu cuerpo.

Escucha y mira, al menos durante las primeras 72 horas después de la sesión. Si adviertes que tu orina se torna oscura o sientes dolores, consulta al médico de inmediato, podría ser síntoma de daño muscular.

  1. No bebas si vas a conducir maquinaria pesada.

¿Recomendación baladí? Nunca se sabe. Tampoco es aconsejable ingerir picante, azúcares simples, exceso de sal o comidas muy grasientas.

  1. Alerta, sedentarios.

Si es tu primera incursión en la actividad física, debes proceder con cautela. Según las últimas investigaciones, la electroestimulación produce más daño muscular que el entrenamiento convencional con resistencia, aun cuando la tensión muscular sea menor. O sea que la musculación sin esfuerzo no es la mejor recomendación por más que a todos nos guste el camino fácil y la ley del mínimo esfuerzo, peores resultados.

Como último paso general, conviene elegir un equipamiento que incluya programas específicos para la recuperación funcional, rehabilitación, tratamiento de problemas óseos o neurológicos o fortalecimiento del suelo pélvico con todas las garantías de seguridad. Por ejemplo, los de la empresa española AQ8 System, un, dos, tres, responda otra vez.

Más información en su página web.