La crema de día es un básico de la rutina facial que muy pocas mujeres se saltan, pero que sea un cosmético de uso masivo no significa que siempre se utilice bien.

Por prisa –las mañanas son lo que tienen-, desconocimiento o falta de interés, más de una coloca la crema sobre la cara, casi la tira, y a funcionar. Como todo en esta vida tiene su arte, y hay que saber cómo utilizarla para aprovechar todo su potencial, ponle intención y evita estos 6 errores comunes al aplicar la crema de día.

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  1. Aplicarla sobre el rostro sucio. Para que una crema haga bien su trabajo, la piel tiene que estar limpia. Hay que limpiar el rostro por noche pero también por la mañana para eliminar la suciedad acumulada durante la noche y los tratamientos nocturnos.
  2. No conocer tu tipo de piel. “Pero, ¡para quién te crees que estás hablando!”, oigo que exclamas. Puede parecer algo obvio, pero muchas más mujeres creen tener una tipología de piel equivocada. Seca, grasa, mixta, con imperfecciones, sensible o madura, dependiendo de su naturaleza, la piel se merece una crema adecuada. Pero el tipo puede cambiar con el paso de los años, o incluso por algún factor externo o interno.
  3. Todo tiene su arte. Cualquier cosmético, ya sea de rostro o cuerpo, debe aplicarse a conciencia. Con la cantidad justa –no seas rácana pero tampoco te pases-, extiende a toques sobre las arrugas para estimular la formación de colágeno, y del centro del rostro hacia fuera en dirección a las linfas (detrás de las orejas, cuello y axilas) para estimular la circulación y conseguir un efecto tensor.
  4. Hay vida más allá del rostro. La hidratación diaria no se detiene en la barbilla, cuello y escote también existen, de hecho a manudo son visibles y son objeto de los mismos ataques –sol, contaminación- que el rostro. El cuello y el escote, como las manos, son las zonas más traicioneras.
  5. No utilizar protección solar. En la playa y en la nieve pocas olvidan ya un elevado factor de protección, pero los rayos ultravioleta también llegan a la ciudad, incluso con mal tiempo. La solución más práctica es una crema de día con SPF integrado, si la tuya no tienes, no olvides aplicar la protección solar después.
  6. Conservarlas demasiado tiempo. De poco sirve que tengas en la estantería una crema de súper lujo si sólo la utilizas de vez en cuando por miedo a que se acabe. Las cremas de día, como todos los cosméticos, tienen una vida limitada y más aún si el envase no es airless. Cerradas pueden permanecer estables, pero una vez abiertas deben conservarse en un lugar seco, lejos del calor y la humedad y atender a las indicaciones del envase. Atenta a la imagen que representa un tarro de crema abierto en el que está inscrita la fecha de uso autorizado sin daño para el consumidor -6M, 12M o 24M, la “M” significa meses-.