El efecto Tech Neck y otros daños colaterales derivados del uso y abuso de las tablets, móviles y otro gagdets.

Si hubiera que explicar la vida terrestre a un marciano perdido en la ciudad lo haríamos en dos palabras: “smart” y “phone”. Los estadistas aseguran que los jóvenes emplean unos 210 minutos diarios en interactuar con su móvil, lo que supone una tensión constante para el cuello. ¿Las consecuencias visibles a largo plazo? Una constelación de arrugas dispuestas en surcos, ‘anillos de Venus’, las llaman no sin cierto lirismo.

El cirujano plástico Moisés Martín Anaya nos explica qué se puede hacer con ellas en su clínica de medicina estética.

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Pero antes, unas palabras de Coco, artista invitado a marcarse un cameo en este post e ilustre amigo de los niños.

Queridos niños y niñas de 10 a 90 años: nuestros inteligentísimos teléfonos son muy divertidos y nos permiten hacer muchas cosas, desde comprar un hurón hasta probar cómo nos queda un nuevo color de pelo, todo mientras mandamos el emoji adecuado al ligue de turno (con la guindilla siempre se queda como un señor) y nos arrobamos con el descubrimiento semanal de Spotify. Pero, se mire como se mire, 3 horas y media de teléfono son muchas. Demasiadas. Tanto móvil no es ningún planazo, es una castaña pilonga. Levantemos la vista al mundo y dejemos las arrugas –importantísima objeción- para más adelante.

Gracias, Coco, esperamos verte de nuevo otro día. Ahora que pase el doctor Martín Anaya, pedimos un aplauso.

“Las inyecciones de plasma enriquecido con plaquetas previamente sometidas a un proceso de centrifugado son una buena solución”, asegura el doctor. “Este tratamiento estimula la producción de colágeno y elastina, sustancias que confieren a la piel brillo, tersura y consistencia”.

Para una arruga más notable en la que además se observe papada y flacidez, el doctor propone una innovadora técnica conocida como Lifting Biomolecular con tecnología HIFU, un procedimiento sin cirugía que trabaja mediante una vibración mecánica que, a través de choques moleculares, genera calor. La temperatura interna que se produce, de unos 60 grados centígrados, resulta óptima para la reestructuración proteica del colágeno, la elastina y los fibroblastos. Dicho de otro modo: te devuelve el cuello que tenías en la Era Pre Internet (o uno muy parecido).

Se necesitan de 1 a 3 sesiones para ver resultados, con una duración de 30 a 90 minutos en función de la extensión a tratar.

 

Clínica Dr. Moisés Martín Anaya

Avenida de Menéndez Pelayo, 9

28009, Madrid

Tel: 914356776