Hasta los dientes de tu hijo y los tuyos están más unidos de lo que crees, por lago se llaman dientes de leche y son blancos como ella. En esta etapa en la que estás unido a la persona más especial  cuanto más te cuides más calidad de vida tendrá tu futuro hijo. Por eso, qué mejor que cuidar tu dentadura y la de tu hijo a la vez.

¿Sabías que durante los tres primeros meses de lactancia comienza a salirle el primer diente y todo lo que hayas hecho durante el embarazo se reflejará en tu hijo? Es alucinante que hasta para los dientes las madres seamos tan importantes.

Si estás embarazada debes de cuidar tu dentadura tanto como la alimentación y más que nunca antes. No sólo mejorarás tu salud dental sino que además ayudarás a prevenir las caries futuras de tu hijo. Madre e hijo luciréis una sonrisa tan blanca como la de un anuncio de Colgate.

Se sabe que el embarazo es un proceso clave buco-dental para la madre. Los cambios hormonales que seguramente ya estás padeciendo en muchas partes de tu cuerpo, no dejan de lado a tus dientes. Un 70% de las embarazadas, que no es poco, padecen una enfermedad gingival.

Si eres primeriza, tienes que acudir al dentista en cuanto puedas. El cuidado debe de ser especial. Un cepillado minucioso y una especial higiene no pueden faltar. Tómate un tiempo para tus dientes y los suyos, en un futuro te lo agradecerá y tu bolsillo también, ¡qué ahora los dentistas se han puesto por las nubes! Además, si consumes alimentos ricos en calcio, tu hijo tendrá una dentadura espléndida.

Incluye en tu equipaje premamá un cepillo de cuerdas suaves y una seda dental. Una muy práctica es la de Oral B “Satin Tape”, 4,15 euros. En farmacias. Tiene un estuche mini, que podrás llevar a cualquier parte.

Y cuando nazca acude al odontopediatra. Deberás comenzar a cuidar sus encías después de comer. Seguramente, te aconseje que le limpies con una toallita húmeda, le ayudarás a prevenir la placa.

Los dientes de leche son tan importantes porque son el primer paso para una buena dentición. Además, se sabe que el ser humano vive de hábitos y que durante los primeros años los padres son auténticos gúrus para sus hijos. Acostúmbrale a que te vea cepillándote los dientes y cuidándotelos a diario, pronto te imitará.