Este montaje de fotografías demuestra que un buen estilismo de peinado, una sesión de pintura -para algunas con brocha gorda- y sobre todo, muy a tener en cuenta, el retoque fotográfico; una técnica que consigue transformar nuestra cara y convertirnos en verdaderas sex symbols.
Una sex symbols nace pero también se hace. ¿Qué sería de Marylin Monroe sin su barra de labios y sus pestañas postizas?
¿Eres capaz de salir con la cara lavada o eres de las que no puede evitar su ritual de reconstitución frente al espejo a base de maquillaje y plancha cada mañana?