Desayuno

Ir al gimnasio a hacer Piates, natación, gimnasia y darse luego un spa o un masaje es un verdadero placer.

La semana pasada recibí una excitante y agradable invitación. Probar las instalaciones de un gimnasio de lujo, exclusivo para mujeres, acompañada de otras compañeras de profesión y afición. Un grupo de ‘locas’ blogueras aficionadas a las redes sociales como twitter, a la que me vi irremediablemente obligada a unirme, si quería formar parte del grupo. Tras las presentaciones y el desayuno comenzamos una intensa sesión de relax y placer.

Primero una clase de Pilates para fortalecer y estirar todos nuestros músculos. Con una asombrosa coordinación conseguí terminar la clase, entera. Fer, la directora deportiva, se quedo maravillada de lo aplicadas y buenas que habíamos sido como alumnas. Porque aparte de excelentes escritoras (la modestia se perdió durante el parto) también somos unas grandes deportistas.

 

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Después nos dividimos en dos grupos, unas se fueron a disfrutar del spa mientras las otras nos relajábamos en las cabinas de masaje. Un masaje facial que me llevo al séptimo cielo. Una sensación mística que termino con la sauna y la ducha de esencias.

Cenicienta terminaba su sueño de princesa a la medianoche, nuestro mundo de reinas terminó al llegar el mediodía. Corriendo nos pusimos al ordenador para twittear contando la experiencia vivida mientras las emociones fluían por cada poro de nuestra piel.

Twitteando

Arsenal, más que un gimnasio, es un paraíso terrenal donde la mujer es la protagonista única y exclusiva. Todo está destinado y pensado para su bienestar. Diversos espacios donde no sólo podemos hacer deporte sino también cuidar nuestra imagen, relajarnos incluso trabajar.

Se acabaron las excusas de no ir al gimnasio porque después tengo una cena o una reunión. En este nuevo concepto de centro deportivo se prestan servicios de peluquería y maquillaje para salir radiante y lista para seducir.

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A pesar de ser un sueño hecho realidad, un espacio con unas prestaciones únicas, para mí tiene un pero, y es esa exclusividad femenina. No es que yo vaya al gimnasio a ligar y por eso lo prefiera mixto, sino que a mi eso de tanta mujer junta… no me da buenas vibraciones. Llámadme misógina, que quizás un poco si lo sea, pero como dicen las malas lenguas, mucha mujer junta no trae nada bueno.

De todos modos no podemos ser hipócritas ya que a estos lugares no sólo se viene a modelar el cuerpo sino también a conocer gente, son una gran red social que no debería restringirse a un único género.

¿Y tú, qué opinas?

Si te apetece visitarlo y sentirte como una estrella pasate por la calle Ortega y Gasset 82, diez plantas llenas de vida y bienestar te están esperando.