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Uno de cada cuatro españoles ha tenido problemas de oídos en el último año. Las complicaciones más recurrentes son la pérdida de audición, la otitis, el exceso de cerrumen, la tinnitus y los vértidos.
Éstas se suelen agudizar en verano. Y es que, aunque estamos concienciados con la protección de la vista y de la piel, nos solemos olvidar de los oídos.

¿Cuáles son las causas?


La mayoría de nosotros desconocemos cómo prevenir estas molestias. Pero lo más chocante de todo es que resulta mucho más sencillo de lo que imaginamos. Además de los factores medioambientales y a la exposición de fuertes ruidos, la mayoría de los problemas de oído provienen directa o indirectamente  de la falta de higiene personal en el oído. En efecto, el exceso de cerrumen es el que nos pasa factura.

Un 32% no hace nada para mantener una correcta higiene. Simplemente van dejando que se acumule la suciedad hasta que se ven forzados a acudir a un especialista para que elimine el tapón.  Increíble, ¿verdad?

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Si pensamos en la higiene de la zona, a todas nos vendrán a la cabeza los clásicos bastoncillos, que son utilizados por el 36%. Un 18% opta por otros métodos saludables como los difusores de agua marina. Son una buena opción ya que permiten limpiar tanto el oído externo como el interno de forma delicada y segura. Y elimina el exceso de cerumen, el polvo del exterior y los restos de la piel del conducto auditivo externo para evitar su acumulación. Pero, atención a este dato alarmante: un 6% decide utilizar métodos rudimentarios, como introducir el dedo, llaves, horquillas o lápices. Constatando este panorama, no me extraña que se agudicen sus problemas al utilizar objetos punzantes.

En verano, las consultas más frecuentes se refieren a la pérdida de audición de uno o ambos oídos después del baño. La limpieza del pabellón auditivo prevendría esta patología. El tapón de cerumen, al entrar en contacto con el agua, se dilata y provoca la obstrucción del conducto auditivo externo. Además, el ambiente cálido y húmedo hace que proliferen los gérmenes. El cloro de las piscinas acentúa el riesgo de infección. En el mar y la playa, el riesgo estriba de las bacterias, cuerpos extraños y partículas sólidas, como algas o arena, lo que promueve la aparición de otitis. La bandera azul nos garantiza la mejor higiene del agua. Los tampones sólo suelen ser recomendados a personas que hayan padecido con anterioridad molestias y patologías leves de oídos.

El oído es, junto a la vista, el sentido más valorado por la población. Pero, como sucede con la mayoría de problemas de salud, no lo apreciamos hasta que nos falla. Aunque un 71% de los españoles se decantaría por el oído si tuviesen que elegir dos de los cinco sentidos.