El tipo de cabello, la contextura física varían de un individuo a otro. Lo mismo sucede con el tipo de piel. La dermis no es igual en todas las personas. La piel sensible es un tipo de piel que requiere unos cuidados extras.
Estos rostros no son ni un mal ni un castigo. Sólo hay mucha más atención que cualquier otra.
Los cutis claros suelen ser propensos a esta sensibilidad y reaccionan de forma desfavorable ante cualquier cambio de temperatura, polución o radiaciones solares. Su aspecto es frágil y vulnerable, fino y delicado. El poro es invisible y tiene tendencia a sufrir rojeces, tirantez o ardor. Pero toda la culpa no proviene del exterior. También influyen el estrés, el consumo de comida basura… Por lo que lo primero, debemos tomar conciencia con nuestros hábitos alimenticios.
Se deben incluir ciertos alimentos ricos en vitamina C (kiwis, naranjas, frutillas, etc); se debe reducir o eliminar el consumo de bebidas alcohólicas así como el de alimentos picantes o que contengan especias. La piel sensible suele reaccionar de forma no deseada a los cambios buscos de temperatura. Es necesario evitar los lugares demasiado calientes y húmedos, lugares como los baños de vapor o saunas dejan de ser una opción. los cambios de temperatura suelen romper los vasos capilares causando un enrojecimiento en las mejillas.
La limpieza del rostro ha de realizarse con productos específicos para las pieles sensibles, sin alcohol ni ácidos derivados de las frutas, ya que causan daños a los tejidos externos. Los exfoliantes no deben ser a base de granitos, que pueden maltratar la piel. Es preferible aquellos que forman una capa que retira con cuidado las células muertas.
Una vez a la semana se aconseja aplicar una mascarilla calmante o refrescante, así como antiinflamatorias o antidescongestivas. No olvides hidratar la piel y protegerla del sol, así como nutrirla por la noche antes de acostarte. Los cosméticos inapropiados pueden generar reacciones de sensibilidad, así que es preferible optar por productos específicos. Tu piel se verá luminosa y sana. Te lo agradecerá.
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Cómo cuidar la piel sensible
El tipo de cabello, la contextura física varían de un individuo a otro. Lo mismo sucede con el tipo de piel. La dermis no es igual en todas las personas. La piel sensible es un tipo de piel que requiere unos cuidados extras.
Estos rostros no son ni un mal ni un castigo. Sólo hay mucha más atención que cualquier otra.
Los cutis claros suelen ser propensos a esta sensibilidad y reaccionan de forma desfavorable ante cualquier cambio de temperatura, polución o radiaciones solares. Su aspecto es frágil y vulnerable, fino y delicado. El poro es invisible y tiene tendencia a sufrir rojeces, tirantez o ardor. Pero toda la culpa no proviene del exterior. También influyen el estrés, el consumo de comida basura… Por lo que lo primero, debemos tomar conciencia con nuestros hábitos alimenticios.
Se deben incluir ciertos alimentos ricos en vitamina C (kiwis, naranjas, frutillas, etc); se debe reducir o eliminar el consumo de bebidas alcohólicas así como el de alimentos picantes o que contengan especias. La piel sensible suele reaccionar de forma no deseada a los cambios buscos de temperatura. Es necesario evitar los lugares demasiado calientes y húmedos, lugares como los baños de vapor o saunas dejan de ser una opción. los cambios de temperatura suelen romper los vasos capilares causando un enrojecimiento en las mejillas.
La limpieza del rostro ha de realizarse con productos específicos para las pieles sensibles, sin alcohol ni ácidos derivados de las frutas, ya que causan daños a los tejidos externos. Los exfoliantes no deben ser a base de granitos, que pueden maltratar la piel. Es preferible aquellos que forman una capa que retira con cuidado las células muertas.
Una vez a la semana se aconseja aplicar una mascarilla calmante o refrescante, así como antiinflamatorias o antidescongestivas. No olvides hidratar la piel y protegerla del sol, así como nutrirla por la noche antes de acostarte. Los cosméticos inapropiados pueden generar reacciones de sensibilidad, así que es preferible optar por productos específicos. Tu piel se verá luminosa y sana. Te lo agradecerá.
Clara Narbona
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