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Aunque en nuestro país aún es un tierno infante –me refiero únicamente a los años de estancia: cinco-, Kiehl´s no nació ayer, sino hace la friolera de 160 años.

La señera empresa cosmética fue concebida como farmacia en el East Village de Nueva York, fiel al estilo de las boticas de la vieja Europa.

Su fundador, John Kiehl, creó un negocio cuya originalidad y riqueza residen en una asociación única de conocimientos cosméticos, farmacéuticos, botánicos y medicinales que han ido enriqueciéndose a lo largo de generaciones, cautivando a personas en todo el mundo por haber sabido mantener tanto los standards de eficacia y calidad de sus fórmulas como la dedicación casi obsesiva a sus clientes.

En 1921, Irving Morse, discípulo de John Kiehl, compró el negocio manteniendo el nombre Kiehl´s. Durante las primeras décadas del siglo XX, Kiehl´s ya ofrecía a sus clientes remedios homeopáticos, herbales, aceites con esencias y los primeros productos sin receta. De generación en generación, la familia Morse toma las riendas construyendo la marca y manteniendo la herencia de calidad y servicio por la que se conoce Kiehl´s.

En el 2000 comienza la internacionalización de Kiehl ´s con el objetivo de seguir siendo fieles a las premisas de calidad y servicio propios de la mítica firma fundada en 1851 que le ha llevado a abrir boutiques en algunas de las ciudades más importantes del mundo como Hong Kong, Taiwan, París, Londres, Hamburgo, Madrid, Milán, Barcelona, Sydney, Dubai, Valencia, Marbella y ahora en Bilbao.

Kiehl´s llega hasta nuestros días como una marca unisex con una extensa línea de tratamientos para el rostro, el cuerpo y el cabello, comprometida a preservar los estándares creados por la familia fundadora, llevados a cabo fielmente generación tras generación.Su último lanzamiento se llama Rosa Arctica y es una avanzada crema antiedad formulada con una de las plantas más escasas y resistentes del mundo.

Está científicamente probado que el tratamiento  ayuda a despertar la vitalidad de las células de la piel, que disminuye de forma significativa con la edad, proporcionando al rostro un aspecto más saludable y joven.

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El ingrediente activo de Rosa Arctica, Haberlea Rhodopensis, cultivada a mano en la cordillera de las Montañas Ródope de Bulgaria, data de hace más de 10.000 años, y se cree que sobrevivió a la Edad de Hielo. Esta extraña flor ha sido ampliamente estudiada por multitud de botánicos, debido a su habilidad para permanecer deshidratada  más tiempo que cualquier otra planta (hasta 31 meses), y volver a la vida bajo condiciones más favorables. Uno de los miembros de la familia de la “Flor de la Resurrección”, la Haberlea Rhodopensis, ha desarrollado un ingenioso sistema de protección que minimiza la pérdida de agua, evita que se seque completamente y le permite sobrevivir durante largos períodos de sequía, emergiendo ilesa con el fin de reestructurar sus células durante el período de re- hidratación.

Así como esta flor entra en periodo de “anabiosis”, nuestra piel entra en un estado de menor actividad a medida que envejece: disminuye la vitalidad celular y las funciones de la barrera cutánea que conducen a la renovación de la piel. La sequedad, las líneas de expresión, las arrugas y la pérdida de elasticidad pueden aparecer rápidamente. Rosa Arctica tiene el doble efecto de estimular la renovación celular y protege la barrera cutánea. Está científicamente probada su eficacia para “despertar” las células de la piel, provocando una reacción fisiológica en cadena que da lugar a un aspecto más joven. Como resultado de su uso se observa una minimización de las líneas de expresión, un aumento de la elasticidad y firmeza y una textura más suave.

La novedad de Kiehl´s llegará a los puntos de venta en septiembre de 2011, y tendrá un precio de 52 euros.