Fotografía de archivo de Kate Moss realizada por Irving Penn

Fotografía de archivo de Kate Moss realizada por Irving Penn

Que Kate Moss es un icono de la moda es un hecho indiscutible. Que convertiría en tendencia hasta un pañuelo de cocina si decidiera salir con él como única prenda, también.

¿Por qué gusta tanto la Moss? Pues mirad: no tengo ni idea –y eso que a mí me gusta-

Seguramente sean sus propias imperfecciones las que le han dado ese paradójico plus de divinidad, en cierto modo es aquello con lo que podemos empatizar,  aquello que no nos apabulla. Hay bellezas tan gélidas que intimidan. La de Kate, un poco anfibia, irregular, no es que resulte “cercana” –tampoco es precisamente el prototipo de ‘girl next door’-, pero es atractiva, con su mito alimentado a base de leyendas, la mayoría, y esto es lo mejor de todo, reales.

Kate no es perfecta en nada. Sobre todo en conducta. Tiene ese atractivo de la gente que se ha asomado al infierno -o que se ha tirado de cabeza-, y que ha vuelto incólume, con un nuevo corte de pelo y las puntas apenas un poco chamuscadas.

Su valor como imagen e incluso como “concepto”, lejos de sufrir un duro golpe, ascendió con “su último escándalo”.

Su carrera permanece inasequible a habladurías, andanzas y trotes –reales, lo mejor de todo, insisto- por el lado salvaje de la vida. ¿Con qué clase de embrujo consigue que se le perdone todo?

La tercera colaboración de Kate Moss para Longchamp es otra muestra de lo fructífero de cada movimiento de la modelo.

Según reconocen los responsables de la marca: “la línea de Kate va muy bien. La inglesa ha conseguido dar un toque aún más internacional a una marca que en Francia es prácticamente una cultura, 1 de cada 5 francesas han tenido o tendrán un pliage de Longchamp; fuera de Francia tiene menos gancho.”

El pliage es un bolso que se pliega y se puede usar como auxiliar –llevándolo dentro de la maleta o el bolso de mano-, o se puede usar como bolso de mano desde el principio; no pesa nada y tiene mucha capacidad.

Existe en todos los colores del Pantone y es el icono de Longchamp.

Para la próxima temporada otoño-invierno, apuestan por un modelo con la piel grabada como si fuera un poney. Y con piel de poney auténtico han realizado otros bolsos estrella de la marca, que podrán verse en las tiendas Longchamp a partir de septiembre.

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¿Qué te parece la modelo sucedánea de Kate Moss?