El gin tonic está de moda, se ha convertido en la bebida del momento y su popularidad crece imparable. Proliferan las marcas y tipos de ginebras –ya hay en torno a 350 variedades- y tónicas, los locales especializados en este combinado crecen por los rincones y el boom de los cursos de cata de vino ha dado paso al auge de los cursos para aprender a hacer un buen gin tonic.

Pero yo no he venido a hablaros del gin tonic, ¿o sí?

Pues algo hay… hoy os hacemos una sugerencia para regalar estas navidades, un tratamiento de belleza pensado para el género masculino amante del gin tonic: ‘Gin&Tonizante’. Un protocolo de belleza en tres fases que combina los beneficios naturales de la ginebra y el pepino, dos de los ingredientes imprescindibles de este cóctel, y que además, incorpora los pétalos de rosa. ¡El cuerpo se convierte en un gin tonic!

Imagen cortesía de Caroli Health Club

El primer ingrediente de este combinado es el pepino, y el primer paso del protocolo el masaje y tratamiento facial a la esencia de pepino. Un protocolo natural mediante un masaje facial que aporta a la piel una hidratación profunda gracias a las propiedades nutritivas del pepino –rico en agua y Vitamina C-, que además trabaja sobre las líneas de expresión y las manchas de la piel.

Después se añade la rosa en el masaje corporal con aceite de pétalos de rosa para que desaparezca la tensión muscular acumulada. Los efectos también se notarán en la piel, este aceite regenera las zonas excesivamente secas de la piel, tiene un efecto antiinflamatorio y mejora considerablemente toda aquella zona en la que haya cicatrices. Más allá, los pétalos de rosa tienen un efecto anti-depresivo, a la vez que su olor y sus propiedades químicas calman y aportan endorfinas a la piel.

Imagen cortesía de Caroli Health Club

Y como no podía ser de otra manera, tratándose de un Gin Tonic, la última fase de este tratamiento es el baño de ginebra. El protocolo termina en una bañera de hidromasaje con ginebra quemada, pero antes, se presencia el espectáculo del alcohol quemándose en la bañera. Una vez se apaga el fuego y todo el alcohol queda consumido, llega el momento del relax. Las burbujas mejora la circulación sanguínea y linfática.

Y me dirás que falta la tónica, pues siempre es buen momento para beberse una tónica. Es una bebida bastante natural, tiene pocas calorías -pocas no quiere decir que no tenga- comparada con otros refrescos y además tiene la particularidad de que favorece la digestión ya que estimula las secreciones digestivas. Lo que le da el característico sabor amargo es la quinina, un alcaloide que se extrae de la corteza de la quina y que tiene propiedades antipiréticas, analgésicas y antimalaria. Comenzó a añadirse al agua carbonatada –en dosis mucho más elevadas que la que contiene la tónica actualmente- como medida contra la malaria en las colonias inglesas de zonas tropicales de Asia y África, curioso, ¿no crees?

Dónde: en los centros Caroli Health Club de Madrid en el Hotel Wellington (calle Velázquez, 8. Tel.: 91 000 18 86) y de Valencia en el Hotel The Westin (calle Amadeo de Saboya, 16. Tel.: 96 186 62 80).

Precio: 120 euros / 90 min.