Hace unos días estaba viendo la toma de posesión de la alcaldía de Madrid -mi ciudad por nacimiento, espíritu y convicción- por parte de una flamante Ana Botella.

Se podría comentar unas cuantas cosas, pero nos vamos a ceñir al contexto de este rincón de la blogosfera para hablar de… sus mechas. Esas mechas rubias, juveniles, más propias de un querubín decimonónico, esas mechas sabiamente distribuidas y de un tono que favorece a la señora de Aznar. No encuentro en mi archivo mental de imagen ninguna de ella tan “veraniega”.

Me pregunto si la nueva alcaldesa seguirá yendo a Peque, la famosa peluquería de las famosas a la que acuden otras lideresas, tanto del panorama político como de la opinión pública, amén de otras cabezas desprovistas de liderazgo conocido pero también dignas de las mechas de henna natural que se aplican allí.

El misterio rodea el ungüento en sí. Se dice que procede de África y que es el propio hijo de la dueña quien lo trae hasta nuestras dos Españas.

Parte del secreto de su éxito podría residir en la mezcla personalizada de tonos que realizan en la pelu, garantía de que llevas lo que te queda mejor y no otra cosa.

El proceso, como todo lo de palacio, es lento, y se debe permanecer dos días sin lavar el pelo. Hay quien asegura que pica horrores, pero que el resultado merece la pena. La pena, y el precio, desorbitado a mi juicio. Rondando los 200 euros, puede que alguien brame por el amoníaco; eso sí, tono precioso sin desmerecer nada la calidad del pelo. Cada una decida en función de su economía.

¿Será éste uno de los primeros recortes de doña Botella… o se quedará en un recorte, sí, pero de puntas, y en Peque? Chi lo sá. En todo caso, felicidades, ahí va una flor, por la nueva imagen. Continuar con otros temas sería descontextualizar.

Peque está en la Avda. Filipinas 18 y el teléfono es: 91 554 55 34