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Los tiempos cambian y a una velocidad de vértigo, hace unos pocos años los niños y las niñas pedían a los Reyes Magos coches de juguete, balones, muñecas, combas y sobre todo la bicicleta. Hoy todos quieren una videoconsola o un videojuego.

Estos modernos y sofisticados aparatos requieren cada vez de menor esfuerzo lo que conlleva una menor actividad física. Vemos a los niños y jóvenes en su tiempo libre jugando sentados frente a un televisor ó un ordenador, en lugar de corretear al aire libre como todos hemos hecho cuando eramos pequeños.

La mezcla de mala alimentación y sedentarismo conducen al tandem diabetes-obesidad, dos patologías interrelacionadas que han adquirido características de epidemia global. Tanto es así que el 90% de los casos de diabetes ocurren en personas con sobrepeso. Incluso se ha acuñado un nuevo término para designar esta pandemia “diabesidad”.

Si a esto le unimos el ritmo de vida que llevamos, generalmente estresante y el tipo de alimentación que ha variado sustancialmente, y no para mejor,  nos encontramos con el alarmante aumento en las cifras de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes tipo 2 en niños y adolescentes, convirtiéndose en un verdadero problema a nivel mundial.

La preocupación por la diabetes es tan grande que en el año 2006 la ONU la declaró una amenaza potencial para la humanidad, pues los costes derivados de la atención a la diabetes y sus complicaciones pueden  poner en peligro el desarrollo de los países emergentes y dificultar los sistemas públicos de salud del resto de paises. Según las cifras para el año 2030 habra 300 millones de diábeticos.
En España los casos de diabetes tipo 2 (no insulino dependiente) y obesidad se han duplicado en los últimos 25 años. Según un estudio reciente, casi el 14% de los españoles adultos padece diabetes, estando sin diagnosticar casi la mitad de los casos. Más del 60% de los adultos en España presentan sobrepeso y cerca del 20% de los españoles son obesos.

Pero lo más preocupante es la alta tasa de obesidad infantojuvenil en España, que nos sitúa a la cabeza de los países europeos. Esto debe hacernos reaccionar si no queremos que nuestro futuro esté seriamente comprometido. Desapareciendo la obesidad, se calcula que se evitarían más del 20% de los infartos de miocardio y  la diabetes es responsable directa de 1 de cada 5 infartos y de 1 de cada 7 ictus.
Aún estamos a tiempo de poner remedio a semejante situación, no es tan complicado se trata de volver a una alimentación más sana, retomar la dieta mediterránea y sobre todo hacer más ejercicio físico, adaptado a cada uno, pero sin descuidarlo.